10 años ya. Yo recuerdo que tenía la costumbre de ver dibujos animados al despertarme en televisión, tenía 12 años. Aquel día no fue posible y ni protesté. Algo muy gordo estaba pasando en Madrid. Una bomba en un tren decían los servicios informativos de TVE. “Parece que no hay muertos” subrayaban. “¡Tres van, tres!” decía mi padre y añadía: “me voy a escuchar la radio que ahí van con adelanto”. En aquellos días no existía el Twitter y la información por internet aún no estaba tan engrasada, la radio seguía siendo el medio más rápido. Federico y Gabilondo comandaban las ondas. Eran otros tiempos.
Aquel día en el cole –yo estaba en 6º de primaria- rezamos. Mi colegio era público, Nuestro Padre Jesús, pero nadie puso ni un pero a aquella oración, todos estábamos sorprendidos por aquella bomba de aquel tren. Los etarras se habían pasado.
Todos los maestros hablaban de ello. Recuerdo bien que sólo hubo una maestra que afirmó con rotundidad que eso no era obra de ETA, sino del terrorismo islámico. Lo hizo de tal manera que estuvimos por pensar algunos días, cuando se conoció que efectivamente los fundamentalistas islámicos estaban detrás del atentado, que ella podía ser terrorista. Pero la teoría de la conspiración de que una maestra de inglés de primaria interina de Cádiz fuera una terrorista era más rocambolesca que el idilio que Pedro J. tuvo con el Titadine durante los meses posteriores.
Al llegar del cole ya iban más de cien muertos, ya era más de un tren y el desastre se había confirmado. Y ya poco más se supo después de aquello. Muchas investigaciones, muchos jueces y muchas suposiciones, pero poco más.
Desgraciadamente y como suele pasar siempre en este país, todo se convirtió pronto en un circo mediático del que unos intentaron sacar tajada y otros que la sangre no les salpicara mucho. Zapatero se encontró con una Presidencia del Gobierno inesperada e instauró durante los 7 años siguientes el modelo de gobernar a base de improvisación. El PP por su parte aún intenta buscar en el País Vasco las raíces de un atentado para el que aunque quedan incógnitas, parece extremadamente remota la posibilidad de que ETA tuviera algo que ver en aquello.