Las elecciones municipales se aproximan, estamos en año preelectoral, y entre nuestros políticos comienza a cundir cierto nerviosismo por ver quién rentabiliza cada cosa que se hace.
Los delegados de la Junta visitan la ciudad de tapadillo y casi a escondidas del Gobierno local, como queriendo evitar que populares y andalucistas puedan aparecer en la foto de las pocas migajas que la Junta deja por la ciudad. Incluso, no dudan en buscar edificios gestionados por el Gobierno andaluz para evitar la casi obligada visita que deberían hacer al Consistorio, aunque fuese por simple cortesía y educación democrática, aunque parece que de estas dos últimas tenemos bastante poco en los últimos tiempos.
Mientras tanto, en el propio seno del equipo de gobierno afloran también algunas rencillas por saber quién debe organizar este o aquel acto. Evidentemente, unas dudas que aparecen cuando hay delegados de distintos partidos implicados en un mismo asunto. Un ejemplo de ello lo tuvimos en la celebración del Día de Andalucía, en el que me cuentan que hubo más de una discrepancia sobre si era competencia de Presidencia o Cultura, aunque, tras algún que otro intercambio de amigable de opiniones las dos delegadas responsables, Concha Muñoz y María José Zarzavilla, se llegó a un status quo para organizar dicha actividad. Unas rencillas que también aparecieron en el acto sobre el Día de la Mujer, aunque parece que con mucha menos trascendencia que en el anterior.
Las pelusillas no se quedan solo en el seno del Gobierno local, también andan en el interior del nuevo y unificado Partido Socialista. Allí no ha sentado nada bien las dudas sembradas sobre la paridad de la nueva ejecutiva, una maniobra en la que los nuevos responsables ven la mano de algún descontento compañero. Entre los más próximos a la nueva secretaria general del PSOE, Teresa Valdenebro, se apunta a una mano negra, aunque, de momento, rechazan ponerle nombre de forma pública. Eso sí, aseguran que no habrá modificación de la ejecutiva, aunque puede que dentro de algún tiempo, cuando exista más banquillo femenino podría aparecer alguna adjunta a alguna secretaría.
El malestar también se traslada en estos días al ámbito carnavalero, y es que no han gustado entre algunos de nuestros políticos las alusiones personales que se hacen en algunas de las letras que se han cantado ya. En ellas se apuntan a defectos físicos o relaciones personales, una línea roja que algunos de los representantes municipales no parecen dispuestos a consentir y ya han expresado su malestar a algunas de las agrupaciones. Incluso, alguna tomó la decisión de retirarla de su repertorio, aunque ya es imposible hacerlo de los libretos. Serán las letras sin voz del carnaval.