Los políticos, de un tiempo a esta parte, creen tener conferida la credibilidad de sus palabras por don divino, aunque en la mayoría de los casos sea lo más alejado de la realidad que existe.
Esta semana hemos tenido un claro ejemplo de ello en nuestra ciudad, cuando el portavoz del PSOE en la comisión de Fomento del Parlamento andaluz, Enrique Benítez, poniendo cara de sorpresa e incredulidad ante la pregunta de una periodista sobre si aparte del anuncio de finalización de las obras del hospital para 2014 había una partida concreta. Resumiendo mucho, la respuesta fue algo así como que el hecho de que un cargo de la Junta de Andalucía nombre públicamente al hospital de Ronda entre los compromisos ya es suficiente. Error. Son tantos los anuncios políticos realizados sentando cátedra en nuestra ciudad, que luego fueron inciertos, que ese truco por aquí ya no cuela. Han vendido tanto humo los políticos en Ronda y la Serranía que la palabra de político ya no tiene aquí casi valor. Ellos mismos la han devaluado hasta límites que era complicado de sospechar. AVE, autovías, piscina cubierta, conservatorio profesional, hospital o los nuevos accesos son solo algunos ejemplos de la nula credibilidad de la palabra de político.
Lo recomendable sería que comiencen a trabajar para recuperar la confianza de los ciudadanos, esos de los que se acuerdan cada cuatro años para pedirles el voto, aunque tendrá que ser mediante realidades tangibles, porque las palabras se las lleva el viento.