Indignados. Así es como se muestran algunos vecinos de la barriada de la UE-19, junto al antiguo Recinto Ferial, por la celebración durante las noches de los fines de semana de concentraciones de jóvenes, que aprovechan la soledad del lugar para beber en la calle. Así lo asegura Juan Manuel Moreno, portavoz vecinal, quien se lamenta de las molestias provocadas por estas reuniones, así como por la basura que dejan tras de sí.
Los jóvenes se concentran en la zona de acceso del Recinto, donde existe un muro de piedra que muchos aprovechan para sentarse y beber. “Y después abandonan la zona dejando tras de sí un reguero de botellas vacías, cristales rotos, vasos…” afirma Moreno. Además, los vecinos denuncian que no son raras las ocasiones en las que los vasos son lanzados contra los coches que hay estacionados en la zona.
También añaden que este muro, de unos 80 centímetros de altura por el lado que da a la calle, cuenta por el otro lado con una caída de varios metros, con el consiguiente peligro para la integridad física de los participantes en estos “botellones”.
Pero las molestias no se limitan a este punto, ya que también se quejan de que muchas mañanas los portales de algunos de los bloques de pisos también aparecen llenos de orina, vómitos y todo tipo de suciedad. A todo ello se suma el ruido provocado por estos jóvenes, así como por algunos de los clientes de un local de copas de la zona cuando salen a la calle.
Las calles más afectadas, según los vecinos, son Francisco de Goya y Lucientes, Maestro de Obras Díaz Machuca y la avenida Príncipe de Asturias, así como los pasajes que comunican estas vías.
“Estas actitudes no son propias de una zona urbanizada como esta, queremos volver a la normalidad”, apunta este vecino, que como muchos otros, esperaban encontrar en este barrio de nueva construcción un lugar tranquilo para vivir: “La zona está decayendo a una velocidad de vértigo, la degradación es palpable desde hace tiempo”.
Los vecinos han denunciado los hechos ante la Policía Local en varias ocasiones, e igualmente han presentado dos escritos en el Ayuntamiento acompañados de fotografías que atestiguan la situación, sin que hasta el momento hayan recibido respuesta alguna, según Moreno, lo que hace que se sientan “abandonados” por la administración local.
Por todo ello, piden que se controle el acceso a los vehículos a esta explanada, así como que exista una mayor vigilancia policial, con control de alcoholemia, ya que señalan que son muchos los que cogen el coche después de beber para desplazarse hasta el centro, con el consiguiente peligro tanto para ellos mismos como para los vecinos.
Mientras tanto, la versión municipal es que ya se han colocado piedras en la zona de entrada para impedir el acceso de vehículos y se ha aumentado la presencia de patrullas policiales durante las noches de los jueves, viernes y sábado. Sin embargo, este periódico ha podido comprobar que los obstáculos se han ubicado solo en una de las dos rampas por las que se puede acceder al antiguo Recinto Ferial, por lo que el paso de vehículos sigue siendo todavía posible.