En 1944 entraron por el Valle de Arán 4.000 guerrilleros republicanos. Esperaban que recibirían el apoyo necesario para liberar a España del fascismo. El general Leclerc que comandaba a los españoles que liberaron París tenía como objetivo liberar España. El desembarco aliado se había proyectado por Gibraltar liberando España. La ONU se negó a reconocer el régimen de Franco. Nadie en el mundo quería saber nada con la dictadura militar impuesta por la fuerza, el terror y la ayuda indispensable de Hitler y Musolini. Sin embargo los que lanzaron las bombas atómicas sobre Hirosima y Nagasaki presionaban y hacían malabarismos para hacer creer que Franco era el elegido del pueblo español.
Pero aquello no colaba en un mundo que se había liberado de la tiranía fascista. Pero mira por donde en 1953 el Vaticano firma un concordato con el régimen fascista de Franco y así la iglesia católica se convertía en el aval internacional que necesitaba el franquismo. Y los yanquis. Que no tardaron ni un mes en firmar el Pacto de Madrid y de esta forma legalizar sus relaciones con los asesinos del pueblo español. Y un poco más tarde en 1955 metieron a Franco y su régimen de terror en un paquete de 16 nuevos paises que ingresaron así todos de golpe en la ONU.
Mientras nuestros más valientes y heróicos mujeres y hombres que defendieron España, la libertad, la igualdad y la fraternidad habían desaparecido. Unos asesinados pudriéndose en fosas y cunetas. Otros muriendo lentamente en campos de concentración y cárceles. Y casi todos los españoles muertos de hambre y penuria, menos los banqueros, especuladores y fascistas, bendecidos por una oronda jerarquía eclesiástica que 60 años después vuelve de nuevo la espalda a los españoles y bendice y hace beatos a los que con la mano levantada daban vivas a Franco y su golpe militar el 18 de Julio del 1936. Y esa iglesia no reclama que nuestros familiares, todos bautizados y por tanto miembros de la iglesia, sean recuperados y homenajeados como lo que fueron: mártires de la libertad.
Mi abuelo, mi familia entera, eran jesuitas o sea devotos de Padre Jesús, como la mitad de la gente de Arriate, la otra mitad son cristinos, cuya estampa siempre ha estado colgada en casa y en las fosas que se van abriendo aparecen, con los esqueletos, muchas medallas y crucifijos que los asesinados por los fascistas llevaban en sus bolsillos. Nuestros familiares desaparecidos y fusilados eran cristianos y republicanos. Los beatificados por el Papa no eran ni lo uno ni lo otro.
Retomando la visita del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre desapariciones forzadas o involuntarias y publicada la introducción de sus observaciones preliminares la semana pasada siguen diciendo lo siguiente:
“En España se cometieron graves y masivas violaciones a los derechos humanos durante la Guerra Civil (1936-1939) y la dictadura (1939-1975). De acuerdo con la instrucción penal llevada a cabo por el Juzgado de Instrucción Penal n° 5 de la Audiencia Nacional, el número de víctimas de desapariciones forzadas del 17 de julio 1936 a diciembre 1951 ascendería a 114.226. El auto también se refirió al secuestro sistemático de niños – se mencionan en el auto 30.960 niños – de los detenidos republicanos que habrían sido entregados a las familias que apoyaban el régimen de Franco después de que sus identidades fueran supuestamente cambiadas en el Registro Nacional. El Grupo de Trabajo ha recibido información en varias reuniones sobre robos o secuestros de bebés y niños que habrían ocurrido incluso hasta después del retorno a la democracia. El Grupo de Trabajo también ha recibido información sobre casos aislados de desapariciones que habrían ocurridos en los años 70 y 80 en el contexto de la lucha anti-terrorista.”
Todos sabemos que esas cifras se quedan cortas. Que los asesinatos, desapariciones, robos y secuestros del régimen franquista son muchos más. En Ronda no tenemos datos de los muertos de Septiembre 1936 a Marzo 1937. Hicieron desaparecer a las personas y a los papeles. Sor María, la monja imputada por el caso de los bebés robados, ha muerto sin aclarar cuantos robó. Y así dije a los representantes de la ONU: Andalucía necesita muchas horas, muchas, para relatar miles y miles de desapariciones, asesinatos, secuestros y robos del fascismo.