Ya nadie se fía de los sindicatos, o eso espero. Estamos hablando de sindicatos mayoritarios, evidentemente. Vaya, Comisiones Langostineras y Unión General de Trincadores, para que no nos confundamos.
Hombre, que digo yo que en estas dos organizaciones sindicales habrá gente honrada que trabaje para defender a los trabajadores, que es para lo que se supone que están. Pero si hablamos de la dirección de los mismos, oye, que ni queriendo los cogen más chorizos. Desde el prenda de Juan Lanzas hasta los imputados por el juicio de los ERE. Lo del señor Toxo y del señor Méndez (lo de “señor” son meras formalidades en ambos casos) no sabemos ya de qué manera calificarlo. Toxo es más reciente, al menos para el gran público, pero aquí a nuestro Cándido lo tenemos ahí puesto desde que servidor se acuerda, chupando del bote al colega.
Están tan crecidos los amigos que no tienen ningún problema en erigirse como administradores de la justicia de este país. Se han perdido, no se preocupen que me explico, pongamos de ejemplo lo de Bárcenas, tema del que todos algo sabemos. Estarán ustedes de acuerdo en que queremos que se llegue hasta el fondo del asunto y que caigan todas las cabezas que tengan que rodar por el peso de la justicia. UGT, CCOO e IU son abanderados de esta causa y me parece magnífico, se lo digo sinceramente.
Pero claro, sale el caso de los ERE y a mí me gustaría que todos estuviéramos de acuerdo igualmente en llegar hasta el fondo del asunto. Pues oigan, no, que dicen los sindicatos e Izquierda Unida que ya hemos investigado suficiente, ¿se podrá tener cara dura, amigos? Oye, y que la gente no se indigna, ¿no se supone que son estos los honrados? Pues no, tenemos a la juez Alaya abucheada, por investigar, por querer llegar hasta el fondo, vaya sinvergüenza esta señora, que quiere que se sepa la verdad.
A ver si le quitamos la careta a todos estos que ya es hora. Yo no sé si serán todos igual como suele decir la gente, pero sí les puedo decir que estos no son los diferentes, valga como ejemplo el antes mencionado, o la casita que se agenció el señor vicepresidente de la Junta de Andalucía, Diego Valderas, que provenía de un desahucio previo. Seguimos señalando malos, estamos a la espera de encontrar a los buenos.