Me han contado que hace unos años se creó una polémica por la coincidencia de la corrida goyesca y la fecha de la toma de Ronda por las tropas rebeldes. El caso es que esta fecha tan nefasta la recuerdan los mayores pero ha sido solapada en la conciencia y la memoria de muchos rondeños.
Durante la investigación archivística paralela a la prospección mediante catas en las fosas del cementerio de forma muy dispersa se ha encontrado alguna escasa documentación de las personas muertas en la ofensiva de las tropas franquistas para conquistar Ronda el 16 de Septiembre del 1936. Sin ninguna duda es solamente una muestra del horror causado por los bombardeos aéreos, de los cuales aún hay supervivientes y sus testimonios son sobrecogedores.
Como hipótesis de un futuro trabajo es necesario decir que Ronda puede haber sido la primera población en el mundo víctima de un bombardeo aéreo. Por innecesario este bombardeo tuvo que ser parte de los acuerdos que Franco tuviera con los nazis alemanes para probar el efecto sicológico en las poblaciones. Luego vendrían los bombardeos aéreos, combinados con los navales y terrestres, sobre la población que huía de Málaga por la carretera hacia Almería y que desde entonces fue conocida como la carretera de la muerte. Muchos rondeños desaparecieron en ella.
Llama la atención la cantidad de carabineros muertos en la defensa de Ronda y las distintas profesiones y edades de los otros defensores de la ciudad. Pero en todo caso son muy pocos, porque los testimonios orales nos hablan de muertos en todas las calles y en la salida de Ronda. La ofensiva fascista será obra de tres columnas: la de Sevilla, la de Cádiz y la de Antequera, que van arrasando El Saucejo, Almargen, Cañete, Villamartín, Grazalema, Antequera, Campillos, Sierra Yeguas, Peñarrubia, Teba, Cuevas del Becerro, hasta llegar a Ronda que someten a bombardeos aéreos antes de entrar, y que aún así ofrece una fuerte resistencia de carabineros y milicianos.
Pero la ignominia del fascismo hace que casi todos los valientes defensores de Ronda que mueren en los combates desaparecen sin registro alguno seguramente arrojados en alguna fosa indeterminada en ese intento de borrar que el pueblo una vez se unió por la República.
El mes de Septiembre también cayeron en manos franquistas numerosas poblaciones de la comarca como Arriate el 18 de Septiembre, Benaoján y Montejaque el día 24, Cortes de la Frontera, Jimera de Líbar el 27 y Atajate, Algatocín y Gaucín el 28 de Septiembre. En algunos casos, como en los pueblos de Faraján y Alpandeire, el control fascista fue breve, siendo reconquistados por las milicias desde el 3 hasta el 20 de octubre.
En Diciembre las milicias intentan liberar Arriate los días 8 y el 9, Gaucín y Benarrabá el 26 y también en Diciembre Júzcar y Faraján. Hasta Enero la línea divisoria entre las posiciones franquistas y milicianas no se modificó quedando Alpandeire, Faraján y Júzcar en manos de los fascistas, frente a Igualeja, Parauta y Cartajima, en manos republicanas.
Muchas personas jóvenes que habían oido hablar de estos acontecimientos me han comentado que ahora su idea sobre lo sucedido no es igual que antes. Que esas historias las creían muy lejanas, como si no hubieran sucedido aquí, pero que ahora cuando han visto el resultado de nuestras prospecciones, de repente, han recuperado la cercanía de nuestra memoria, la verdad palpable que rellena de claridad el hueco oscuro creado en las mentes por tantos y tantos años de dictadura y franquismo…