Tercera continuación de la polémica que suscitó mi artículo Memoria/Hitler en el Grupo Memoria Histórica de Ronda de Facebook:
#Juana Sánchez Gordo: Me encanta saber de nuestra historia. Lo que tuvieron que pasar nuestras familias para poder salvarse y los seres queridos que quedaron atrás. Mi abuelo cuando lo encuentre tendrá la paz al lado de su hija que nunca conoció.
#Manuel Perez: En épocas diferentes, se le llame como se le llame, nada ha cambiado bajo el cielo.
#Francisco Pimentel: Soy amigo de José Luis Yagüe hace ya muchos años. Entonces él tenía y dirigía un periódico en el que la libertad de expresión era total y teníamos cabida todos y todas las opiniones. Como debe ser la libertad. Con el tiempo se ha visto que mantener en alto esa antorcha era muy difícil porque la luz del talento libre y altruista molesta, a las tinieblas sumisas y egoistas, más de lo que suponiamos.
Por esto agradezco a José Luis Yagüe su extenso comentario crítico a mi artículo de opinión Memoria/Hitler. Por eso y porque me da pie a explicar porqué reivindicamos verdad, justicia y reparación. Mi agradecimiento también es extensivo a todos aquellos que desde hace más de un año siguen leyendo estos artículos semanales sin cuyo apoyo y comentarios mi esfuerzo sería desalentador. Pero creo que todos estamos de acuerdo en que la crítica de José Luis Yagüe es sincera, honesta y clarificadora de cómo piensa una parte de nuestra sociedad, dándome pie a intentar poner un poco de luz sobre los falsos mitos, leyendas y perversiones de nuestro pensamiento que el fascismo inoculó en nuestra mente o ánima para crear una sociedad sumisa que durara al menos otros mil años.
La reivindicación de verdad, justicia y reparación para las víctimas de desapariciones forzadas sobre la que nos apoyamos no es nueva ni exclusiva de España, estando expresada en resoluciones de la ONU aplicadas en todo el mundo, siendo el mayor exponente el de los judíos asesinados por los nazis. Creer o pensar que ahora no es el momento de plantear estas reinvindicaciones nos lleva a preguntar: ¿entonces cuándo?, porque los descendientes de las miles de víctimas asesinadas por la agresión fascista llevamos toda la vida esperando recuperar a nuestros familiares asesinados y tirados en fosas y cunetas. Antes durante 40 años no pudimos ni abrir la boca, mientras que las pocas decenas de los que fueron asesinados por incontrolados por apoyar el golpe militar del 17/18 de Julio fueron exhumados y honrados por Franco con mausoleos o llevados al Valle de los Caídos.
Es más, con la transición y el establecimiento de esta democracia esperábamos que las cosas vinieran a su sitio. Y nuestras familias han sido muy pacientes. En muchos casos porque el miedo incrustado en los tuétanos permanecía y les impedía tener confianza en que lo de la libertad y la democracia fuera verdad, y en otros muchos casos era una expresión de buena voluntad para permitir el pleno desarrollo de la democracia en España sin interferencias, esperando que la recuperación de la honra, la verdad, la justicia y la reparación de nuestros muertos llegaría con la madurez de la sociedad democrática. Pero ¿qué tenemos ahora, después de 76 años? Antes era imposibilidad y miedo, luego fue buena voluntad y desconfianza, luego despilfarro y corrupción, y ahora tenemos otra bestial crisis-robo del sistema financiero, ideal económico por el que tanto mataron Franco, Hitler y Mussolini. Entonces ¿cuando va a ser la hora de recuperar y enterrar dignamente a los miles y miles de demócratas republicanos víctimas del fascismo en España? Europa y el mundo entero ya lo hicieron después de la segunda guerra mundial, porque la desaparición forzada no es solo un crimen, sino también un acto que niega la esencia misma de la humanidad y que es contrario a los valores más profundos de la sociedad. ¿Acaso podemos construir una nueva sociedad, basada en otros valores diferentes del egoismo, la ambición y la avaricia si no honramos la memoria de los que murieron por la libertad, la igualdad y la fraternidad?…