No entiendo qué ha pasado esta semana, a nivel político, me refiero. Y creo que mi situación la comparten muchos rondeños aunque a otros les dará igual. Domingo 24 de febrero: el secretario general del PA confirma que su partido va a revisar el pacto de gobierno con el PP, que existe “incumplimiento reiterado”. Lunes 25 de febrero: reunión del PA en el Convento de Santo Domingo. Comunicado por escrito del PA que dice que nunca se ha puesto en duda la continuidad del pacto. Reunión con el PP. Defensa acérrima del acuerdo ante los medios de comunicación de PP y PA. Se esfuman las discrepancias. Y en medio, una entrevista en un periódico nacional al exalcalde, a ‘Toti’. Jornada esperpéntica.
Yo me pregunto: si no era tan grave la situación, ¿había que hacer tanto ruido?, ¿era necesario? Si solo se trataba de limar asperezas y de meras diferencias sobre cómo se está desarrollando el pacto, lo más normal del mundo, ¿había que reunirse a la misma hora que venían haciendo PP y PA y el mismo día, lunes a las 8.00 horas tal y como se recoge por escrito en el pacto, y alterar esa dinámica de funcionamiento? El mismo domingo 24 de febrero, ¿no deberían de haberse acallado las informaciones sobre que el pacto se tambaleaba y sí el lunes 25 de febrero? Es evidente que si uno de los dos miembros de la pareja manifiesta que hay problemas, la relación se tambalea. En menos de 24 horas, el pacto se puso en duda y el pacto se reforzó. Los novios discutieron y los novios se reconciliaron. No me apetece leer entrelíneas cuando, a bombo y platillo, la transparencia es el baluarte de unos y otros.
En mi humilde opinión, una más, los hechos, porque es evidente que algo ha pasado, hacen flaco favor a la clase política de Ronda. La sensación de inestabilidad se volvió a generar aunque ésta solo durara cerca de 24 horas. Me imagino que algún día no muy lejano encontraremos las respuestas, lo de ‘todo encaja’. Considero que al PA se le ha olvidado esta semana cómo se pone la lavadora. Si así lo hubiera querido, esta cuestión se queda entre sus cuatro paredes y no se traslada a la opinión pública. Menos mal que la semana se ha arreglado con la nieve, además, en el Día de Andalucia. Hasta Blas Infante se quedó helado.