El presidente de los empresarios rondeños nos recibe en el despacho de su empresa y con el tono pausado que le caracteriza empieza a responder a nuestras preguntas.
Acabamos de vivir una huelga general. ¿Cómo la han vivido los empresarios?
Creemos que no se trataba exactamente de un conflicto entre empresarios y trabajadores, la prueba es el poco seguimiento que ha tenido entre los comerciantes y trabajadores de Ronda. Sino de una protesta política por determinadas actuaciones políticas, con la que en muchos aspectos estamos de acuerdo porque a nadie le gusta que haya recortes en temas como la sanidad pública, la educación o derechos sociales que se han ganado a lo largo de muchos años. Era una protesta contra los políticos pero no era el momento oportuno. Ahora lo que tenemos que procurar es el que tenga un puesto de trabajo intentar mantenerlo, los empresarios bastante tenemos con seguir intentando mantener a flote nuestros negocios día a día porque tampoco hay mucho margen de maniobra para nosotros. Mientras los bancos sigan sin conceder crédito a las empresas que siguen subsistiendo y a los nuevos emprendedores, que pueden tener excelentes ideas pero necesitan una financiación que se nos niega de manera sistemática.
¿Es el peor momento que han vivido las empresas en Ronda en muchos años?
Sin duda. Pero no sólo en Ronda, sino en Andalucía y en toda España. La prueba es que diariamente se cierran empresas y a este paso no quedará ninguna. Como he dicho antes carecemos de ayuda por parte de las administraciones y de las entidades financieras y no entendemos porqué los gobiernos dan dinero a las entidades bancarias y a las empresas se lo quitan. Por eso le decía que los empresarios estamos de acuerdo en muchas de las reivindicaciones que se planteaban en la huelga de la pasada semana, pero en todo caso no era una confrontación laboral que se pudiera solucionar con un paro de la actividad. Se trata casi de una revolución social, pero las protestas se deben encaminar no contra los empresarios, sino contra los políticos y el sector financiero.
¿Cuantas empresas creen que han cerrado en Ronda y la comarca en los últimos tiempos?
No tengo en estos momentos los datos exactos de Ronda, pero si le puedo decir que en el ámbito de influencia de Apymer han cerrado alrededor de 800 empresas.
Ustedes apoyaron el proyecto de “Los Merinos”. ¿Qué opina de la sentencia que de momento paraliza esa inversión?
No conozco los términos exactos de la sentencia, pero he mantenido conversaciones con personas relacionadas con el proyecto y en principio parece que el Tribunal da la razón al Ayuntamiento de Cuevas del Becerro y nosotros la acatamos. En su momento nosotros apoyamos ese proyecto, siempre que cumpliera todos los requisitos legales, porque creíamos que era necesario para Ronda, puesto que aportaría puestos de trabajo e
“Los empresarios apoyamos muchos aspectos de los que motivaron la huelga general”
inversión. Por eso participamos activamente en la manifestación, masiva por cierto, que se hizo a favor de los campos de golf, pero ante una sentencia no tenemos nada que oponer y ya le digo que la acatamos. Aunque seguimos pensando que el proyecto era positivo y si otro tribunal revoca esa sentencia, nuestra postura seguirá siendo favorable a su puesta en marcha, ya que repito crearía un gran número de puestos de trabajo y traería dinero a la ciudad que buena falta nos hace. Si lo apoyamos cuando la economía era bastante boyante, como nos vamos a oponer en unos momentos tan angustiosos en lo económico como los que estamos viviendo.
Otro proyecto que ustedes apoyaron, el centro de recepción de turistas, también ha recibido un revés con el informe negativo de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. ¿Alguna valoración al respecto?
Pues casi le diría lo mismo, nosotros apoyamos los proyectos que creemos importantes y provechosos para Ronda siempre que estos cumplan escrupulosamente las leyes vigentes. En este caso lo apoyamos porque creemos que en Ronda, que es una ciudad eminentemente turística, es importante ofrecer un aparcamiento cómodo a los turistas, con la posibilidad de que suban a través de unas escaleras mecánicas hasta el Castillo y que visiten desde ahí el casco histórico y la zona comercial y puedan entrar en una tienda o un restaurante. Eso es lo que puede generar negocio, y por eso estamos de acuerdo con cualquier proyecto que dentro de la legalidad pueda generar riquezas para la ciudad.
En cambio no estaban de acuerdo con la construcción del centro comercial Eroski, que parece que se ha diluido. ¿Qué le parece eso?
Es que son casos distintos, porque Eroski es un núcleo cerrado al que llega un furgón por la noche y se lleva todo el dinero a otra localidad. Pero el centro de visitantes lo que facilita es que haya consumo en los establecimientos rondeños y que sean los turistas los que dejan el dinero en la ciudad. Así se recibiría a los visitantes de una forma decente, no como ahora que tienen que llegar al centro andando desde lejos por calles que no están preparadas para recibirlos. Pero Eroski no facilita nada de eso, sino que resta. Porque es verdad que puede crear puestos de trabajo, pero también los puede destruir por otro lado.
Una iniciativa de Apymer que ha sufrido muchas vicisitudes es la Escuela de Hostelería. ¿Cuál es su situación actual?
La situación es difícil porque a pesar de que se firmó un convenio para usar el edificio del mueble, también había un compromiso por parte del Ayuntamiento para que hiciera una inversión para adecentar las instalaciones, pero ahora mismo por las circunstancias que están viviendo todas las administraciones todo se está retrasando. Nuestra intención era abrirla para el mes de septiembre pero parece que lo vamos a tener que dejar aparcado hasta que se reciba algún dinero por parte del Ayuntamiento. Pero nosotros estamos abierto a cualquier posibilidad que nos ofrezcan, como ir haciéndolo por partes, por ejemplo. Así se podría abrir una parte de la escuela, según la cantidad que haya disponible. Nos gustaría poder abrirla en enero, en el momento en que tengamos una cantidad para habilitar al menos el espacio imprescindible.
¿Entonces si el Ayuntamiento cumple el compromiso Apymer está dispuesto a continuar con el proyecto?
Sí, es más, estamos dispuestos incluso a que no se cumpla exactamente lo que acordamos o a que se haga en plazos, como ya le he dicho. De hecho ya se han instalado allí cocinas y mobiliario que teníamos, pero necesitamos un empujoncito por parte del Ayuntamiento, que creo que tiene una gran voluntad porque esto se lleve a cabo.
¿Cómo hacen para seguir adelante con su trabajo con la falta de recursos que hay hoy en día en todas las administraciones?
Bueno, no es fácil. Estamos con dificultades, igual que todo el mundo, ya que la administración nos debe dinero y no nos paga. Por esa misma razón también han cerrado muchas pequeñas empresas, que han trabajado para la administración y no han recibido los pagos a su debido tiempo. Y a las asociaciones de empresarios, no solo a la nuestra, se les
“Durante las crisis han desaparecido unas 800 empresas vinculadas a Apymer”
debe mucho dinero en materia de formación y otras iniciativas. Se van retrasando los compromisos y la deuda se va a acumulando. Por ejemplo, a nosotros todavía nos deben cantidades del año 2010. Aún así intentamos seguir adelante con todo lo que teníamos programado y hemos podido realizar los cursos que teníamos pendientes, aunque hemos hecho un gran esfuerzo e incluso hemos tenido que pedir algún préstamo para poder hacerlos.
¿Peligran esos cursos para el futuro?
Nuestra idea es ir paso a paso para firmar nuevos convenios y conseguir cursos homologados en sectores donde haya más dinero, como la agricultura. También estamos estudiando realizar algún tipo de master con alguna empresa privada, para que no se pierda la formación. Ahora mismo estamos impartiendo varios cursos con una asistencia importante, y seguimos con el Aula de Cambridge, en la que hay matriculados más de 100 alumnos.
Siempre se les anima a los empresarios a que sean optimistas. ¿Pero lo es usted?
Bueno, una cosa es ser optimista y otra es realista. Siempre hay que ser optimista, pero también realista, y no podemos engañarnos. Esto está siendo duro y todos lo estamos pasando mal. Así que lo que tenemos que hacer es apretarnos todos el cinturón y seguir trabajando. Ahora se dice mucho eso de que la culpa de la crisis la tiene el sector del ladrillo y los ciudadanos, que han vivido por encima de sus posibilidades, y tal vez lo hayamos hecho, pero es que también lo han hecho los políticos, el gobierno, la banca… Hay que tener en cuenta que las mayores inmobiliarias de este país eran los bancos, y ellos precisamente eran los que tenían los terrenos más difíciles de calificar. ¿Cuántas oficinas abrieron los bancos en los años anteriores a la crisis? ¿Cuánto cuesta abrir una oficina? Y sobre todo, ¿cuántas han tenido que cerrar ahora?
¿Algo que quiera decir a los rondeños?
Que lo tenemos muy difícil pero que hay que seguir trabajando. Y ahora que estamos cerca de la Navidad, ojalá que nos toquen unos cuantos millones, y mientras más repartidos mejor. Tenemos que intentar ser solidarios, y más en esta época. Antes dábamos dinero para obras de caridad en el tercer mundo, y ahora además también tenemos que ser solidarios entre nosotros, con nuestros vecinos y con cualquiera que lo necesite. No hay que buscar a los culpables de todo esto, sino que tenemos que seguir adelante y no ponernos las cosas más difíciles.