Llegar a las estribaciones de la Indiana, paraje situado a unos cinco kilómetros de Ronda en dirección a Sevilla, y encontrar a algún vecino al que no hayan robado se convierte casi en una misión imposible. Gasoil, herramientas, muebles, electrodomésticos o rejas, casi cualquier elemento susceptible de tener una salida en el mercado negro es objetivo para los ladrones. A tal punto ha llegado el problema y la situación de inseguridad en la zona, que algunos vecinos han optado por dejar las puertas de sus casas abiertas ante la gran cantidad de robos que han sufrido, ya que, según dicen “así no hacen más daño”.
El último de los incidentes, y el de mayor gravedad, tenía lugar durante la mañana del pasado miércoles, cuando un vecino se percataba de la presencia de unas personas en el interior de unas de las parcelas con vivienda. Tras comprobar que sus propietarios no habían contratado a nadie para realizar algún tipo de trabajo, optó por hacerle frente a los intrusos, aunque la consecuencia de ello fue terminar sufriendo una agresión y tener que huir de la zona para tratar de buscar refugio en unas viviendas próximas en las que residen vecinos de forma permanente. Tras lograr huir, los descubiertos amantes de los ajeno también emprendieron la fuga, aunque tuvieron que dejar su duro trabajo para arrancar las rejas de las ventanas sin acabar. Eso sí, antes de ser descubiertos ya habían logrado sacar varias rejas y las escaleras metálicas de la piscina se encontraban ya sacadas de su interior y preparadas para su transporte. Mientras tanto, el vecino herido sufrió contusiones de distinta índole, aunque ninguna de ellas de gravedad.
Los robos en esta vivienda son de los más importantes, hasta el punto de que ha pasado de ser una casa de campo perfectamente equipada, a convertirse en una especie de inmueble fantasma del que ha ido desapareciendo todo su equipamiento a golpe de robo. Camas, muebles, electrodomésticos, griferías, cableado y lo último las rejas. Todo está desapareciendo y únicamente quedan algunos restos de lo que fue. En algún dormitorio todavía se puede ver una silla, algún libro cubierto ya por el polvo y una almohada tirada en el suelo. Fue lo único que los ladrones dejaron en su interior hace ya bastante tiempo.
La situación de inseguridad ha llegado a tal punto en la zona que algunos vecinos han pasado a tener miedo tras el último ataque, y temen que hechos parecidos puedan volver a producirse, por lo que reclaman una mayor presencia de las fuerzas de seguridad en la zona. De hecho, ya se ha producido algún robo mientras los propietarios de las viviendas estaban en el interior de las mismas, por lo que el temor a la acción de estos ladrones violentos es mayor.
Los robos en viviendas y cortijos es un asunto recurrente en la Serranía y, en especial, en el término municipal de Ronda. Han sido varias las oleadas de robos que se han denunciado en distintos puntos, la mayoría de ellos con el objetivo de sustraer herramientas o hierros, además del combustible, que también suele robarse de los propios depósitos de los camiones.
De momento, la Policía Nacional mantiene abierta una investigación para tratar de esclarecer este último robo que ha tenido lugar en la pedanía rondeña de La Indiana.