Desde que Mendel divulgó los resultados de los cruces de guisantes, mucho se ha hablado de genética siempre desde el punto de vista empírico con datos de realidades y fenómenos que podemos cuantificar, juega en ello un papel fundamental la estadística de sucesos y sus probabilidades. Supongamos que de cada cien ovejas de una manada que paren diez nacen negras, de una manda de veinte sólo nacerán dos corderos negros por término medio. Este estudio de realidades concretas y fenómenos tangibles se aparta mucho de entes trascendentes, de magnitudes que no se pueden cuantificar al menos matemáticamente como la mente, la razón, memoria, personalidad, y el talento por ejemplo al ser más de corte filosófico, aunque tienen igualmente una genética hereditaria. De un padre tranquilo e inteligente, seguramente nace un niño igualmente ingenioso y sereno. ¿Por qué se heredan las características y singularidades genotípicas intelectuales?. La única respuesta es porque son elaboraciones producto de un cerebro que es una máquina y si una máquina determinada se clona nace otra máquina que elabora idéntico material, que piensa lo mismo podríamos decir. Esta herencia de intelecto, mente, pensamiento, simpatía, gracia, donaire, etc. se puede justificar solamente si los cerebros son estructuralmente iguales o parecidos. Visto y admitido lo dicho, ¿Cómo podemos eliminar o cambiar la agresividad, la pereza, el genio y el humor por ejemplo de una persona si eso lo produce su cerebro debido a la forma que tiene?. Sencillamente no se puede, se logra educar pero no cambiar, por eso es tan importante la educación en las personas.
Durante la última década la rapidez de cálculo de los chips de los ordenadores se ha duplicado cada pocos meses, entrando en una espiral fantástica que aparenta no tener fin. Se dice que hacia el año 2090 los chips artificiales podrían superar ya las capacidades de las neuronas del cerebro humano, ¿qué ocurrirá entonces? Mejor no pensar en ello porque nuestro cerebro con las capacidades que tiene no puede dar una respuesta a esa pregunta. Pero según ley matemática de progresión este crecimiento imparable de la habilidad de los elementos electrónicos puede dar lugar algún día a que el hombre se vea de forma ya definitiva en condiciones de inferioridad intelectual frente a las máquinas. Si llega el instante en que perdemos el control y dejamos de comprender cómo y el porqué se producen las mejoras de que se invisten, ¿qué ocurrirá con nosotros?. Es muy corriente en la vida diaria de las personas la existencia de conflictos entre dos personas, se recurra entonces a un tercero para desatascar la situación. Es como si dos máquinas se impiden el paso mutuamente por estar de frente entre sí y necesitan de una mente inteligente para que las ponga en marcha por raíles distintos. Las mentes generalmente atormentan al individuo pensando cosas que el individuo no quiere pensar aunque por doquier se le aconseja y se le dice que no piense en ello. En estos casos cuando el martirio no cesa se le aconseja ir a un psicólogo y éste, haciendo lo propio no le aconsejará que no piense en ello como habrá intentado constantemente, sino intentará desviarle el pensamiento con otras actividades, practicas ejercicios deportes gimnasia, terapias, etc., es como si dijéramos le desplazara el pensamiento a otra parte de su cabeza y surte con ello el efecto deseado. Esta angustia encaja y se enmarcan en los llamados pensamientos circulares auto-retro alimentados, son como una bola de nieve que rueda por una pendiente haciéndose cada vez más grande y sin control. Pensamos algo de carácter negativo, que inmediatamente genera una reacción bioquímica emocional con su respectiva respuesta corporal; esto alimenta la conducta psíquica que reactiva de nuevo la emoción, y así sucesivamente de manera circular;conocer cómo funciona este proceso es fundamental para poder cortar este flujo.
La correspondencia entre lo psíquico y lo físico es patente en las persona y llama poderosamente la atención en algunos la cara de bueno o de malo, la voz y otros factores físicos que conforman su aspecto y dicen mucho del ser que llevan dentro.