Desde el 27 de Diciembre de 2007 está en vigor la Ley de la Memoria Histórica, pero ya antes se habían producido exhumaciones de varias fosas comunes en un vacío legal que pareció llenarse con aquella ley. Pero siempre había mucha preocupación en los familiares de los fusilados y desaparecidos por recuperarlos y enterrarlos dignamente al tiempo que se pedía verdad, justicia y reparación.
Había en Ronda una magnífica revista que se llamaba El Candil de Diógenes en la que tuvieron la gentileza de publicar mi percepción de la situación en aquellas fechas antes de la constitución de la Asociación de la Memoria Histórica: “…Es 1 de Noviembre (del 2006) y acabamos de venir de honrar la memoria de nuestros antepasados, especialmente la de mi abuelo, encarcelado y fusilado como tantos otros simplemente porque eran de izquierda, socialistas, comunistas, republicanos y legales, gente buena que no quisieron huir porque decían no tener motivos para hacerlo y no comprendieron que podían ser víctimas del terror que necesitaban imponer los descendientes de la noche de los tiempos oscuros que destruyeron Iberia, Acinipo o Al-Andalus.
Como todos los años hemos depositado sobre la parte de la fosa donde está mi abuelo una bandera republicana hecha con claveles rojos, amarillos y morados. Allí estaban familiares de otros fusilados que no olvidaban: Carmen Ruiz, Ana Avilés que viene de Torremolinos, un grupo de mayores y jóvenes que vienen de La Cueva con una corona en memoria de sus paisanos.
Hemos hablado de la necesidad que tenemos todos de que la injusticia cometida sea reparada haciendo que se exhumen sus cuerpos y sean enterrados dignamente al mismo tiempo que la sociedad reconoce el sacrificio de todos sus hijos que mayoritariamente murieron por una España justa libre y solidaria. Otra cosa fueron los resultados.
Y estoy seguro que ninguno de aquellos que murieron ni ninguno de los que sufrieron los exilios, el exterior y el interior, ni nadie de los que durante 40 años hemos sufrido hambre y sed de justicia queriamos que pasara lo que está pasando… que en España entera (en autonomías, nacionalidades, regiones, etc) estemos en manos de saqueadores. Los sinvergüenzas, ladrones, que sin ética ni moral alguna se han dedicado a destrozarlo todo para llevárselo convertido en dinero. La gentuza más retrógrada e incivilizada revestida con la piel del progreso dispuesta a esquilmar nuestro entorno, enladrillarlo y llevarse nuestra vida a cambio de las brillantes lentejuelas y espejuelos del bienestar motorizado con fecha de caducidad.
He visto con estupor como hay rondeños que apoyan el proyecto de Los Merinos. El engaño es siempre el mismo y en Marbella se están empezando a pagar las consecuencias. Y en Marbella, el pueblo, trabajadores, comerciantes, industriales, todos son más pobres, con menos calidad de vida. Quizás algunos tienen más dinero pero todos tenemos menos playa, menos zonas verdes, menos espacio y más agobio.
Detrás de Los Merinos están los mismos que en Marbella han construido sobre zonas arqueológicas de primer orden, que han esquilmado los equipamientos, las playas, las zonas verdes, los arroyos, los bosques. Gente aparentemente muy respetable pero que detrás de su máscara, apellidos o cargo solamente hay zafiedad, incultura y un amor desmedido por su único dios: el dinero.
También he visto como los mejores rondeños están levantando su voz contra ese proyecto tan execrable. Aunque bien es verdad que Ronda necesita una economía que permita vivir a toda su población sin emigrar o trasladarse. Y hay recursos más que suficientes si tuviéramos al frente de nuestras instituciones a los mejores, a gente altruista y con imaginación, aquellos que saben que nuestros antepasados lucharon, sufrieron, vivieron y murieron por una sociedad culta y feliz en un territorio que lo permitiera.”
Ahora en 2012 cerca ya de nuevo del 1 de Noviembre el día de Todos los Santos recordaremos a todos nuestros asesinados y represaliados por el fascismo con la convicción de saber que no murieron en vano y que sus ideales de una república de libertad, igualdad y fraternidad se abre camino a través de la búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación.
