El pasado domingo 29 de julio tuvo lugar la misa de despedida al arcipreste de Ronda, Don José Emilio Cabra, en la Iglesia de Santa Cecilia, a la que llegó hace casi una década y de la que ha sido párroco durante todo este tiempo junto con otras iglesias, como la de Padre Jesús o el Socorro.
La misa fue celebrada por él junto a otros 6 sacerdotes que no quisieron perderse la última eucaristía celebrada por su compañero y amigo antes de su marcha a Roma, donde se va a continuar con sus estudios. La iglesia presentó un aspecto excepcional, abarrotada de gente que se agolpaba en los pasillos. Algo impensable cuando él llegó, tiempos en que la iglesia de Santa Cecilia estaba prácticamente vacía domingo tras domingo y en los que además, el edificio se encontraba en un ruinoso estado que gracias a su labor y a la aportación de los fieles, luce hoy como en sus mejores días. Por esto y por la cercanía que ha tenido con muchos rondeños, la multitud de feligreses quiso despedir al párroco que tanto ha trabajado por la proclamación de la fe en nuestra ciudad con gratitud, de hecho en las caras de algunos de los asistentes hizo acto de presencia alguna lágrima provocada por la emoción.
El propio José Emilio también fue preso de la emoción durante la celebración y le costó mucho más de lo habitual hablar en su homilía, en la que sólo pudo expresar la gratitud que sentía hacia todos los que le han acompañado en su camino durante estos años. Al final de la celebración fue el turno de agradecer la labor del párroco a los fieles. De ello se encargó Pablo Herrera, que leyó un conmovedor texto en el que hubo tiempo incluso para ironizar con algunos de los últimos roces que ha tenido el sacerdote con la Agrupación de Hermandades, que por cierto estuvo en la ceremonia muy bien representada, pues aunque faltó el antiguo Presidente, Luis Candelas, que desaprovechó la oportunidad de limar asperezas, sí que gozó de la asistencia de su recién elegido Presidente, Salvador Carrasco, algunos hermanos mayores de otras hermandades y uno de los antiguos presidentes de dicha Agrupación, Manuel Gazaba, que le hizo entrega en nombre de los parroquianos de una guitarra, “por su amor a la música” y de un ordenador portátil “para que le sirva en sus estudios”.
Después de la misa hubo un aperitivo para los asistentes en el patio del Colegio Nuestro Padre Jesús.