Lejos de las disputas políticas entre los grandes partidos políticos españoles, cada uno intentado barrer para su casa, hay un realidad sangrante en Andalucía que no admite discusión. La Junta no paga desde hace tres meses a las asociaciones que trabajan con personas discapacitadas y las tiene contra las cuerdas. Si hay un colectivo que necesita ayuda y que no puede defenderse, son ellos. Pueden ustedes recortar o ajustar, término que gusta más al presidente Griñán, lo que quieran, pero dejar sin pagar los servicios para este colectivo es incalificable. Los demás podemos protestar, luchar, pelear por nuestro trabajo, por buscarlo o por sacar adelante nuestra empresa. Ellos, desafortunadamente, no pueden hacerlo y necesitan nuestra ayuda, la de sus familias y la administración. Dejen tanto coche oficial, asesores y gastos innecesarios y atiendan, por lo menos, a los que más lo necesitan.
En plena campaña de ajuste del cinturón, por mucho que algunos solo vean la paja en el ojo ajeno, toca seleccionar dónde van los pocos fondos disponibles, y parece que la puntería anda regular.
Vale que tengamos las obras de los nuevos accesos parados y la circunvalación de Arriate en igual situación, pero llevar a Asprodisis al riesgo de cierre es demasiado.