Tengo por suerte, también de muchos, tener un amigo que sobrio y preciso, hablando poco dice mucho, me lo tropecé en la calle y comentando la crisis me dijo que la única alternativa a ella era la oración y la penitencia. Retuve lo dicho y me quedó más bien que un arreglo, una pregunta. Ciertamente la penitencia y la disciplina redime al penado y con la confesión y el arrepentimiento, quizás se allane el camino para aceptar con serenidad las cosas que uno no puede cambiar, le imprima valor para acometer aquellas que sí puede y sobre todo le dará experiencia y sabiduría para distinguirlas.
¿Cómo con oración se puede salvar una crisis si visto lo visto Dios nunca se hace eco de la súplica de los pobres, si pocas veces que se sepa la invocación opera el milagro?. Habrá entonces que dar otra lectura a la oración. Decía la madre teresa de Calcuta que orar es ver al mundo con los ojos de Dios, seguro que visto de esa forma nada será un problema. Se concluye que los problemas no son tales sino la forma de verlos y enfocarlos. Las crisis sin otra opción nos hacen padecer convirtiéndonos en sufridos pacientes y tolerantes que de una manera estoica convierte al quejita en conforme y al blando y protestón en duro y resistente. ¿Quién ha visto a un niño de los millones desnutridos que se ven en televisión de llorar y quejarse?. Parece como si estuvieran dotados de una fuerte dosis de entereza que en términos de psicología se refiere a la capacidad de los sujetos para sobreponerse a períodos de dolor emocional y traumas. Cuando un sujeto o grupo (animal o humano) es capaz de hacerlo, se dice que tiene una resiliencia adecuada, y puede sobreponerse a los contratiempos incluso resultar fortalecido por los mismos. Es como si sobre las personas operaran las mismas leyes físicas que actúan en la naturaleza y que modelan la dinámica de los cuerpos. Es el principio de Acción y Reacción que Newton la promulgó como la tercera ley: Si un cuerpo actúa sobre otro con una fuerza (acción), éste reacciona contra aquél con otra fuerza de igual valor y dirección, pero de sentido contrario (reacción). De forma sencilla se explica diciendo que las fuerzas funcionan a pares y simultáneamente. Si uno empuja una pared, la pared le empuja a él con igual fuerza. Aplicando esta ley física al mundo incororpóreo o anímico obtenemos como consecuencia que nosotros nos hacemos tan fuertes como el medio en el que estamos integrados y con el que chocamos a cada instante. Esta lucha o empeño es plausible pero no concluyente porque desgraciadamente no todo el mundo puede hacerle frente a todas las situaciones adversas sobrevenidas por la crisis, muchos emigrantes han retornado de nuevo a sus países de origen y otros muchos, muchísimos han perdido su vivienda, igualmente las cifras de suicidios en España supera con creces a cualquier otra de las no incluidas en muerte natural, solamente que para evitar el efecto contagio, no se publican.
Resumiendo, en situaciones difíciles se producen efectos multiplicadores que pueden llevar a las cosas a ser o parecer peor de lo que son en realidad y desbordar situaciones contenidas en las relaciones amistosas, familiares sociales, etc. igual que en las épocas de bonaza en la que las cosas pueden parecer mejor de lo que son en realidad. Estas coyunturas anómalas producen ponderaciones en cualquier circunstancia de la vida diaria en las que se pierde mucha objetividad y lo que es pasajero y circunstancial, se convierte muchas veces en situaciones explosivas y escandalosas que destruyen parejas y dañan las relaciones humanas. La secuela multiplicadora aparece en todos las aspectos de la vida humana, una acción mala o palabra malsonante pronunciada por una persona con la que tenemos poco contacto, produce en nuestra mente efectos perniciosos a lo largo del tiempo porque nuestra memoria asocia siempre esa palabra o acción con esa persona. Afortunadamente, lo contrario también ocurre.
- sitio, lugar, localización
- posición, disposición, emplazamiento, ubicación, orientación, postura, lado, dirección
- curso, fase, etapa, condición, estado, disposición, realidad, tesitura, circunstancia, coyuntura, trance
- cargo, empleo, colocación, puesto.