Ronda

El turismo de gasolina se pone de moda

Familias al completo no dudan en montar auténticos salones de restaurante en parques y calles, con mantel de tela, platos de cerámica y cubiertos metálicos incluidos, como forma de ahorro

Mesa y mantel en parques y calles para evitar gastos en comida

El turismo no pasa por uno de sus mejores momentos y las pruebas son evidentes. Hoteles y restaurantes que cierran y otros que tienen muchas dificultades para llegar a final de mes y poder pagar a sus trabajadores. Ronda no es una excepción. A ello se une una nueva moda que se impone entre los turistas por aquello de ajustar al máximo el presupuesto del viaje. Comer en un restaurante es algo casi prohibido para los seguidores de esta nueva tendencia. Ellos prefieren elegir un lugar al aire libre para montar su particular restaurante, teniendo especial predilección por los parques, que ofrecen un entorno mucho  más acogedor y bonito, además de proporcionarles una cierta privacidad a la hora de disfrutar de las viandas que durante todo el día han ido cargando en su recorrido por la ciudad. No se escatima en nada. Los hay que hacen tal despliegue que la mesa montada podría ser de cualquier restaurante de cierto prestigio de la ciudad. Mantel de tela, juego de cubiertos de metal, platos de cerámica y vasos. Ante semejante preparación el menú no puede ser inferior. Platos elaborados y precocinados de cierta complejidad. Nada de bocadillos. Pescado con verduras de plato principal y fruta de postre. Otros optan por el look playero, que tiene como elemento estrella la nevera portátil, complicada de transportar, pero que suele quedarse en el maletero del coche que se ha estacionado en alguna zona próxima a un espacio público que se pueda utilizar como improvisado salón de restaurante. A la hora de comer del interior de la nevera se extraen todo tipo de comidas preparando un auténtico banquete en plena calle. Eso sí, en este caso suelen predominar las comidas frías, siendo un ejemplo un poco más austero, aunque no menos abundante. Pero tampoco faltan los tradicionales picnic que se suelen preparar en los hoteles de pernoctación con la inconfundible bolsa de papel. Bocadillo, refresco y algún postre, suele ser el menú en estos casos, lo que hace mucho más fácil de transporte e ingesta, sin necesidad de cargar con tanta infraestructura y logística como en los casos anteriores.
Hasta ahora era este el modelo más conocido en la ciudad del Tajo, que se vinculaba tradicionalmente a los grupos de excursiones organizadas, y que reciben el cariñoso apelativo de “turismo de gasolina”, por aquello del poco gasto que hacen en la ciudad. Poco más de la entrada a los monumentos, alguna botella de agua y algún pequeño recuerdo comprado casi a velocidad de vértigo por lo ajustado de los horarios. En este grupo no solían entrar las familias, parejas o grupos de amigos que viajan de forma independientes.
Mientras tanto, en el sector de la restauración no sale de su asombro ante la nueva moda turística. “Ya es lo  último que nos quedaba, los únicos que se gastaban algo mira como están”, dice la responsable de un restaurante rondeño mientras un grupo de personas toma la cena en forma de bocadillo frente a su establecimiento con el maletero del coche como mesa. Distintos responsables de restaurantes apuntan a este aspecto como parte de la bajada en ventas que están teniendo, además de la disminución de visitantes que ha conllevado la crisis económica. En un sentido muy parecido se pronunciaba el responsable del hotel Maestranza de Ronda, Pedro Morales, señalando que “nunca había visto tanta gente comprando bocadillos y en los supermercados”.
Por su parte, la delegada municipal de Turismo, Isabel Barriga, reconocía esta tendencia que se está produciendo hacia un turista que realiza un menor gasto en la ciudad. De hecho, algunas de las tiendas de souvenirs del casco histórico han introducido la venta de bebidas y bocadillos en sus locales para tratar de captar a algunos de estos turistas de bajo gasto.
En estos momentos el término municipal de Ronda acoge a 116 restaurantes de diferentes categorías, de los que uno está catalogados como 4 tenedores, dos de 3 tenedores, doce de 2 tenedores, diecinueve con 1 tenedor y el resto sin clasificar. La oferta actual supone ofrecer de forma diaria 11.109  plazas para comensales. La mayoría de los cubiertos ofertados se encuentra en los restaurantes situados en el casco urbano y los hoteles, sumando un total de 6.196 plazas disponibles cada día.
La mayoría de los establecimientos han optado por ofrecer agresivos menús en función de su categoría, y en algunos bares se llega a ofrecer medio menú a un precio de 5 euros con la bebida incluida. Mientras tanto, la media del menú del día en la ciudad se sitúa sobre los 13,5 euros.


Un comentario en “El turismo de gasolina se pone de moda

  1. Algarroba

    Es : «turismo de gasoil». Andan mucho y gastan poco.

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