El lunes celebramos el bicentenario de la Constitución de 1.812, conocida como “La Pepa” por el día en que fue promulgada, el día 19 de marzo, festividad de San José. Entre su extenso articulado, algunos no del gusto de los que tanto la celebran, existe uno que destaca especialmente, se trata del número 13 (en qué ciudad sino en Cádiz podrían poner este artículo en ese número) que dice: “El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen”
Se celebra esta efeméride en plena campaña electoral, una campaña en la que queda claro que los políticos actuales están muy lejos del artículo al que hacemos referencia. Ha quedado meridianamente claro que lo de la felicidad de la Nación les importa más bien poco. Hemos pasado de puntillas por las propuestas, apenas se dice nada de lo que se piensa hacer, evasivas y escapes hacia lo que se propone para el futuro, la mayor parte del tiempo se lo han pasado hablando de lo corruptos que son unos y lo que son los otros. Han hablado, y celebrado, que los de un partido estén con el agua al cuello por la trama de los Eres, presuntamente fraudulentos, con entradas continuas de ex altos cargos y chóferes a declarar al juzgado. Los otros, por su parte, celebrando que al ex presidente de Baleares le hayan condenado por el caso “Palma Arenas”. Corruptos por un lado y otro, el tú más y el yo soy muy guapo y no me afecta lo que me digas, pero tampoco se propone nada.
Algunos, incluso, se han opuesto a debatir en la televisión pública andaluza, mientras a otros no los dejaban entrar en ese mismo debate, lo que nos muestra lo lejos que están los políticos actuales de la verdadera situación del pueblo al que quieren gobernar.
En fin, la Democracia y la Constitución, esa que tanto celebramos y que algunos políticos, según parece, ni les gusta ni están dispuestos a respetarlas. En su voto y mi voto está el continuar en la situación actual o el tirar palante.