La gestión de los grandes incendios forestales en la Serranía de Ronda es un desastre. En esta ocasión, parece que la suerte ha querido que la reproducción que se produjo en Pujerra tras darse por extinguido no llegue a mayores. Algo parecido ocurrió en 1991 cuando también se daba por finalizado el incendio que asoló buena parte de la Sierra de las Nieves.
Nadie acaba de entender las prisas de la Junta de Andalucía por dar por extinguido (quiere decir que no quedan puntos calientes) este gran incendio de forma casi inmediata a quedar controlado. Lo hacía el martes por la tarde, y el miércoles se producía un nuevo conato. Antes, en diferentes ámbitos relacionados con la extinción de incendios, la decisión de darlo por extinguido causaba gran sorpresa y se temían que algo así podía ocurrir, dadas las grandes dimensiones del incendio y la gran cantidad de pequeños restos todavía humeantes que quedaban en la zona.
Además, también parece lógico que ante las pocas precipitaciones caídas se refuerce el número de efectivos del Infoca disponible. De momento, parece que Medio Ambiente no es muy favorable a cambiar la calificación actual de bajo riesgo. Esperemos que nadie se tenga que lamentar y arrepentir por ello.