La concejal responsable de Hacienda llega a nuestra redacción y se dispone a responder a nuestras preguntas con seguridad y firmeza, la misma que al parecer ha mostrado a lo largo de estas últimas semanas donde ha tenido que afrontar la elaboración de los presupuestos y la firma del convenio con el personal del Ayuntamiento rondeño.
Parece que se están ajustando al máximo los plazos para aprobar los presupuestos. ¿Cuál será la fecha definitiva?
Con seguridad será a finales de este mes. Ya casi está terminado y sólo faltan algunos ajustes. Así que lo llevaremos en el siguiente pleno casi con total seguridad.
¿Va a ser un presupuesto muy ajustado?
Va a ser muy ajustado porque hemos intentado que sea fiel a los ingresos para después no tener problemas a la hora de hacer frente a los gastos. Así que no nos quedaba más remedio que hacerlo de esta forma, más que nada por honestidad. De nada nos sirve hacer un presupuesto inflado, ya que estaríamos incurriendo en los mismos fallos que se han cometido en años anteriores, cuando los presupuestos reflejaban unos ingresos que no eran reales y por tanto los gastos estaban por encima de lo que se podía gastar. Y eso conlleva una serie de problemas, como retrasos en el pago a proveedores, que provocan ciudadanos enfadados, empresas arruinadas y todos los problemas que nos estamos encontrando día a día y que intentamos solventar poco a poco.
¿A cuanto ascenderá el presupuesto?
Será de entre 25 y 27 millones, aunque todavía no puedo decir la cifra exacta porque hay algunas aportaciones del Estado que hasta ahora no nos ha llegado la cifra definitiva. Por ejemplo nos han rebajado la PIE, la Participación de Ingresos del Estado. Nos ha bajado en una cantidad no muy alta, pero serán unos 40.000 euros que nos van a llegar y eso nos obliga a hacer una serie de ajustes. Y también está la incorporación de las medidas tomadas por el Gobierno central, como el hecho de poder pagar la deuda de devolución de los ingresos indebidos de las participaciones del Estado, que antes se devolvían en cinco años y ahora permiten hacerlo en diez, lo que supone un alivio. Por ejemplo la deuda de 2009 casi llegaba a 1.200.000, así que es un importe elevado. También está el convenio colectivo, que era muy importante cerrarlo para incorporar esas partidas en el capítulo uno, el referente al personal del Ayuntamiento, que es uno de los más importantes. Hemos peleado mucho las partidas y nos hemos fijado mucho en cada uno de los gastos para intentar controlarlos, rebajar precios con los proveedores con los que teníamos contratos, hacer nuevas ofertas… Ha sido un trabajo duro, laborioso y difícil, porque cuando tienes dinero es muy fácil ajustar un presupuesto: si ganas diez y gastas ocho, tienes un margen de dos, pero cuando es al contrario es muy difícil de ajustar.
¿Cómo se ha solucionado el capítulo de inversiones?
Lo hemos intentado ajustar a las necesidades imperiosas. No hemos podido plantear inversiones grandes porque no tenemos financiación.
Hay quien puede pensar que simplemente Ronda no da para un presupuesto mayor
En esta situación de crisis no da para más, pero Ronda es una ciudad maravillosa y tiene un gran potencial. Gozamos de un turismo envidiable para cualquier ciudad de España. Que los ingresos no estén todo lo bien que debieran con todo ese potencial es posible, pero la culpa no la tiene nadie, solo la crisis. Si el turista viene con su presupuesto ajustado evidentemente no va a gastar lo mismo que cuando viene a gastar alegremente, y si quiere irse de cena o a comprar se va. Así que también esas partidas se reducen. Pero por otro lado el número de visitas ha subido, lo que ha bajado ha sido la repercusión económica. Es un potencial que nunca perderemos a pesar de los tiempos y cuando nos vayamos recuperando las partidas irán subiendo, y no solo las del Ayuntamiento, también las del empresario que vive del turismo, que son muchos. Es nuestra principal industria y tenemos que cuidarla, aunque sea difícil en época de crisis.
¿Ha costado mucho sacar adelante el convenio colectivo?
Ha costado muchísimo porque cualquier negociación siempre es dura. La parte de los sindicatos siempre va a intentar mejorar las condiciones que tienen. Es una premisa que tienen marcada a fuego antes de iniciar las conversaciones, así que es muy difícil negociar con ellos cuando no sólo ves que no puedes darle más de lo que tienen, sino que encima les tienes que reducir esos beneficios que han adquirido a lo largo del tiempo. Partiendo de ahí ya se sabía que iba a ser muy duro, han sido días muy intensos y enfrentamientos, pero hay que hacer entender a la gente que el Ayuntamiento es de todos y que su trabajo allí es su pan. Y si el Ayuntamiento va mal ellos tampoco van a poder sobrevivir. Es un carro del que tenemos que tirar todos, y ellos son una parte muy importante. Pero hacer entender esto cuando tienes una serie de ventajas es complicado. Hemos tenido que presentar una serie de documentos y de números, porque había parte de los sindicatos que no se creían que la situación fuera tan mala porque nadie les había puesto la situación encima de la mesa antes. Es una labor de concienciación y discusión y ellos también tenían que trasladar la negociación a todos los funcionarios y trabajadores, lo que lo hace todavía más difícil. Pero al final lo hemos conseguido, que era lo fundamental.
¿No le ha importado quedar como la mala de la película?
La mala de la película según como se mire. Mi trabajo es mirar por el bien de los ciudadanos aunque de cara a los interlocutores evidentemente que sí porque soy quien ha dado la cara. Pero a alguien le tenía que tocar y me ha tocado a mí, aunque cualquier delegado que hubiera estado en mi situación estoy segura de que hubiera hecho lo mismo.
¿Le han mostrado su apoyo sus compañeros de gobierno?
Por supuesto, desde el primer día. Siempre hemos mantenido nuestras reuniones antes de hablar con los sindicatos y la línea de actuación ha estado consensuada entre todos los componentes del equipo de gobierno. Porque de otra forma no hubiera sido posible sentarme delante de quince representantes sindicales para llegar a un acuerdo. Tanto el Partido Andalucista como el Partido Popular hemos ido siempre juntos en todas las decisiones.
¿Ha mantenido contacto con los grupos de la oposición en relación a las negociaciones?
No, no hemos mantenido contactos porque cuando estás en negociaciones no sabes dónde va a acabar la historia. Sé que los sindicatos sí han tenido contacto con algunos grupos pero es un tema que no he querido llevarlo a cabo de forma partidista, sino que he intentado que fuera un tema puramente económico. Si fuera partidista hubiera sido tan sencillo como firmar un convenio al alza y nos ahorramos problemas. Pero si lo que queremos es solucionar los problemas no podíamos hacerlo así.
¿Ha sido difícil hacer el reparto por delegaciones?
No ha sido nada difícil, todo lo contrario. Nuestro pacto con el PA es fuerte y tenemos una sintonía perfecta. Ellos siempre son comprensivos con la situación del Ayuntamiento y saben que lo que tenemos que hacer es solucionar los problemas de Ronda. Así que en ningún momento ninguna delegación ha intentado sacar más. Todo el mundo ha intentado aportar reducir sus partidas y buscar las soluciones más baratas para sus proyectos.
Bienestar Social ha estado un poco marginado en los últimos años. ¿Será una de las grandes beneficiadas de estos presupuestos?
Va a ser la que menos se va a tocar. Tal y como está la situación en Ronda no podemos recortar la partida porque estamos ayudando a muchas personas que lo necesitan. Son ellos los que necesitan un esfuerzo del Ayuntamiento. No podemos potenciarla todo lo que nos gustaría pero vamos a intentar ir incorporando más recursos a medida que la situación se vaya estabilizando.
¿Significa eso que van a bajar todas las partidas?
No nos queda otro remedio. Es imposible cuadrar un presupuesto sin tocar todas las partidas. Tenemos un desfase de siete millones de euros y eso no se puede sacar de debajo de las piedras. Unas partidas son más necesarias y otras menos, pero hay que ajustarlas todas.
¿Es esa la deuda total del Ayuntamiento?
La deuda es mucho mayor. Está la deuda a proveedores, que afortunadamente la hemos rebajado de diez millones y medio a ocho y medio y que en seis meses es un esfuerzo más que importante, y tenemos el ICO, que nos ha servido para pagar a parte de estos proveedores. Así que la deuda total puede ser de 27 o 28 millones de euros.
¿Se puede salir de ahí?
Va a ser muy difícil. No podemos solucionarlo en un año, tendrán que pasar varios años hasta sanear completamente las cuentas. Pero a corto plazo es imposible, cuando los ingresos están cada vez más mermados.
¿Todavía aparecen facturas?
Ya no aparecen tantas, pero algunas salen. El grueso de facturas que estaban extraviadas o que no habían pasado por intervención ya ha salido.
¿Ha pasado malos momentos durante la elaboración de las cuentas?
Sí, ha habido momentos difíciles. Sobre todo hemos tenido que usar la imaginación para ajustar los presupuestos de los organismos locales y las sociedades para que pudieran seguir funcionando con normalidad. Afortunadamente no hemos tenido que sacrificar ningún servicio y gracias a la colaboración de muchas personas y empresas hemos podido salir adelante.
¿Entonces cree que los ciudadanos seguirán recibiendo los mismos servicios?
Por supuesto, los servicios seguirán siendo los mismos y esperamos que sean cada vez mejores dentro de nuestras posibilidades. No en cuanto a inversiones económicas pero sí en el valor humano y calidad.
¿Va a pedir más esfuerzos a los funcionarios?
El esfuerzo debe estar dentro de cada uno de ellos, porque es su medio de vida. Los políticos venimos a hacer una labor difícil pero bonita, porque es un reto. Pero para ellos es su medio de vida y tienen que tomar esto como su casa. Y cada uno en su casa sabe lo que tiene que hacer.
Se ha hablado de reorganizar la estructura municipal con medidas como la fusión de patronatos. ¿Cómo se ha resuelto este tema?
Estamos trabajando en ello. Tenemos una visión de lo que se quiere y estamos perfilando el organigrama. Hay organismos que se van a fusionar para no duplicar ni servicios ni esfuerzos ni personal ni dinero. Porque hay veces que para hacer lo mismo hay tres personas trabajando por distintas vías. La idea es organizar la situación, ver quién se ocupa de cada tarea, cómo se distribuye el trabajo…
¿Cómo se ha actuado con respecto a Soliarsa?
Todavía estamos trabajando en eso. Es la pieza más difícil porque son muchos trabajadores que realizan una labor muy importante. No podemos permitir que la ciudad se paralice en los temas de limpieza a cuenta de una mala negociación. Pero en los próximos días espero tener un acuerdo definitivo. Es el último fleco de los presupuestos.
¿Ha temido una huelga de funcionarios?
No tenía la percepción de que peligrara la situación tanto como para que la gente saliera a la calle con pancartas. Y tampoco me daba miedo porque estaba tranquila y sabía que estaba defendiendo los intereses de los ciudadanos. Así que si hubieran decidido hacer huelga, estarían en su derecho, aunque afortunadamente no ha sido así. Y ellos mismos sabían que la imagen ofrecida no hubiera sido buena. Pero no era algo que me quitara el sueño.