El abastecimiento de agua a los dos municipios, realizado con camiones cuba, supone un coste a la institución de 600 euros diarios.
El diputado de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Juan Jesús Bernal, ha instado a la Delegación de Salud, que resuelva “con celeridad” la situación actual de alerta sanitaria en la que se encuentran los municipios de Benaoján y Montejaque, que llevan sin suministro de agua potable desde el 28 de octubre, a pesar de que los últimos análisis encargados por la institución provincial la califican como apta para el consumo.
Bernal, que se ha reunido con los alcaldes de ambos municipios, Francisco Gómez y Diego Sánchez, ha informado de que en los últimos resultados realizados en el punto de extracción, se demuestra que han descendido de forma considerable los parámetros bacteriológicos y el agua podría ser declarada potable.
De hecho, los análisis efectuados el 7 de noviembre determinan que en el pozo de 2.500 unidades de estreptococos encontrados cuando se decretó la alerta sanitaria ha bajado ha 73, mientras que los coliformes, de 73.000 han descendido a 80.
Por este motivo ha pedido la máxima urgencia para solucionar este problema, ya que además de que se han reducido los índices, no se ha dado ningún caso de enfermedad motivada por contaminación de agua en la zona en los últimos quince días”.
Asimismo, ha destacado que “se tiene conocimiento de que en ningún momento ha existido contaminación ni en el depósito ni en la red de abastecimiento”. Además, ha explicado que los valores que está exigiendo la Delegación al agua del pozo se refiere a agua potable, “no prepotable, como es el caso. No es agua de manantial, por lo que no se puede pedir unos parámetros como si fuera agua mineral, como no lo es la de ningún pantano que abastece a la provincia, antes de ser tratada y clorada”.
En el informe emitido por la administración autonómica el 28 de octubre se explicaba que tras tres análisis realizados en días distintos en la captación del Pozo Molino Santo, existía contaminación en el líquido por coliformes y estreptococos, bacterias que están presentes cuando existe contaminación fecal aunque no así en las pruebas hechas en el depósito y en la red. En este sentido, el diputado también ha subrayado que “al no haber índice de antimonio, sustancia que recoge en altas dosis la orina, no puede ser atribuible a contaminación fecal”.
Bernal ha señalado que “respeto totalmente la competencia de la Junta en esta materia y el trabajo realizado los técnicos de la Delegación de Salud y entiendo la alerta sanitaria decretada, porque lo primero es la salud pública y evitar cualquier riesgo a la población y hubiera sido una irresponsabilidad por nuestra parte decir lo contrario”. Esta medida afecta hasta la fecha a los 1.600 habitantes de Benaoján y a los 1.000 de Montejaque.
No obstante, ha criticado que los parámetros que se están manejando le hacen cuestionar la rapidez con la que se debía tratar esta materia, “porque se han reducido los índices de contaminación. La delegada cuenta con esta información y no se puede hacer esperar a 2.600 vecinos que se están abasteciendo con camiones cubas, además del perjuicio económico a las industrias cárnicas y al turismo rural que está causando esta situación”.
Actualmente los municipios se están abasteciendo con camiones cubas, en un primer momento cedidos por el IV Tercio Alejandro Farnesio de la Legión y desde el pasado miércoles 16 de noviembre a cargo de la Diputación, lo que supone un coste diario de 600 euros.
Además, la institución provincial tiene prevista la construcción de un depósito para distribuir agua potable en Benaoján, en un sondeo ya existente pero que no está siendo explotado, junto con una nueva acometida en Montejaque, de unos cuatro kilómetros de longitud, para la prospección de un nuevo sondeo que permitiría contar a estos municipios con otros puntos de agua.
Estas obras tendrían un presupuesto de 250.000 euros, más otros 3.000 euros de un filtro de un elemento de filtración que la Delegación de Salud ha exigido colocar a la entrada del depósito para reducir la turbidez, a pesar de que se encuentra dentro de los niveles aceptables para el consumo.