La semana pasada hablábamos de los programas basura que invaden nuestra televisión y si vale todo por la audiencia. Gracias a Dios no todo lo que se puede ver en la actual TDT es lo mismo, cierto que puedes encontrar casi cualquier cosa, pero también es verdad que hay algunas que merece la pena y mucho para pasar un buen rato.
Desde que era un niño soy un cuasi-adicto a algunas series que me encantaban y me encantan por muchos motivos. Actualmente tenemos en las diferentes cadenas opciones para ver series aunque quizás a horas que no sean las más adecuadas para el gran público. Suelen ser repeticiones de series que acabaron hace algunos años o estamos a la espera de capítulos.
No tengo televisión de pago en casa, por lo que las novedades me suelen llegar más tarde de lo que me gustaría. Pasar la tarde disfrutando de series como “Big Bang Teory”, “¿Cómo conocí a vuestra madre?”, “Dos hombres y medio” o la gran “Friends” es una cosa que recomendaría a muchas personas, no sólo por lo bien que lo van a pasar, también van a estar durante algunas horas de mucho mejor humor del que estaban antes de verlas.
Quizá la mejor que haya visto ha sido “Friends”, no me canso de verla. El otro día emitieron por cuarta vez este año el capítulo final de la última temporada. Ese día disfrute como la primera vez que lo vi. Es, posiblemente, el mejor capítulo de una serie que se haya hecho en televisión. En él se reúnen las características que han catapultado esta serie a ser un mito y se dan todas las circunstancias que entretuvieron durante 10 años a sus millones de seguidores, y como muestra un botón ¿Cuántas casas han visto ustedes en las que rodeando a la mirilla interior de la puerta de entrada tenga un marco? Seguro que han visto unas cuantas. Es la escena final del último capítulo de la mejor serie de la historia de la televisión, se lo dirán todas las personas que la han visto.