Lo habitual es que estas líneas se dediquen a temas locales, pero después de tener que oír una mano de sandeces de boca de un par de políticos catalanes y otros tantos compañeros de los medios de comunicación de aquella tierra, no queda otra que lanzar un grito contra tanta tontería. Lo mejor en estos casos suele ser pasar del tema, pero llega un momento que te cansas de poner la otra mejilla. Por qué ellos tienen derecho a darnos de lo lindo y aquí nos tenemos que callar. También llega el momento de responder y dejar las cosas en su sitio. El que quiera que se venga a trabajar bajo un sol abrasador a 40 grados y que luego hable con conocimiento.
Por cierto, en la capital del reino también hay más de uno que desconoce mucho de Andalucía. Aunque creerse el ombligo del mundo es algo que se lleva mucho por esas dos tierras. Por cierto, no me vengan con que caemos también en generalizar, estas letras son para los que se den por aludidos.