A Ronda le está pasando como a Galileo en sus peores momentos, condenado por Inquisición pronunció la famosa frase que titula esta columna, en la que el científico constataba que esa teoría era cierta aunque se hubiera tenido que retractar de ella.
Algo parecido ocurre con ese pesimismo que parece un tanto instalado en algunos sectores de nuestra ciudad. “Ronda está parada” es una frase que a muchos les interesa que se extienda para poner en duda la viabilidad de nuestro futuro, pero la realidad es tozuda y aunque en un momento delicado, Ronda sigue moviéndose de manera imparable. Buena prueba de ello es la presentación llevada a cabo en estos días por un grupo inversor para la construcción de un centro de visitantes en las faldas del Castillo y cuya inversión es de 17 millones de euros, que tendrá respuesta en la presentación que tendrá lugar la semana próxima por parte del grupo Abades que pretende invertir en nuestra ciudad algo más de 37 millones en su apuesta por la construcción de un centro similar en los alrededores de la gasolinera de San Francisco. Por tanto, Ronda se mueve porque sigue interesando a los inversores y ahora deben ser los políticos de nuestra ciudad los que estudien con detenimiento ambas propuestas y si es posible lleguen a un acuerdo unánime.