Parece que fue ayer pero el pasado 1 de julio se cumplieron los primeros 31 años de la llegada de la Legión a nuestra ciudad. Una llegada que fue acogida como no podía ser menos en una tierra taurina como la nuestra con división de opiniones, encabezando las protestas el por entonces alcalde de la ciudad, el andalucista Juan Harillo, que sin embargo no dudó posteriormente en ser el primero en recibir a las tropas legionarias en los terrenos que actualmente ocupa el campo de fútbol de césped artificial del fuerte. “La obligación se impone en este caso”, declaró un Harillo que con el tiempo seguro que ha moderado esa posición contraria a la llegada de nuevos efectivos militares a Ronda.
A lo largo de estos 31 años ha pasado un poco de todo. Los comienzos de la convivencia entre los rondeños y sus nuevos vecinos no fueron fáciles y tuvieron varios puntos de confrontamiento, ampliamente difundidos por los medios de comunicación de la época y que afortunadamente se fueron solucionando con buena voluntad por ambas partes y creando un caldo de cultivo que con el tiempo, como bien dice el coronel Ruiz Benítez en la entrevista que concede a La Voz de Ronda, hizo impensable concebir a la Legión sin Ronda y a Ronda sin la Legión.
En eso ha tenido mucho que ver la integración directa: ha habido muchos rondeños que se alistaron al Tercio, unos con ánimo de seguir en él y otros con el simple objetivo de sacar adelante aquel engorroso trance de la “mili”, que se saldó desgraciadamente con la primera muerte de un legionario rondeño en tierras balcánicas que sin duda significó un ir más allá en esas relaciones que ya se habían hecho inseparables. Los matrimonios entre legionarios y rondeñas contribuyeron mucho a ello, pero sobre todo ha sido el comportamiento de la Legión en nuestra ciudad -su actuación en el incendio de la Sierra de las Nieves fue excepcional y nunca han rechazado su aportación a ningún colectivo cuando se les ha solicitado-, el que hace que la permanencia del Tercio Alejandro Farnesio en nuestra ciudad sea un motivo de orgullo para la inmensa mayoría de los rondeños, que se felicitan ahora por ese aniversario que cumple una unidad militar que es ejemplo del buen hacer del ejército español en cuantas misiones se le encomiendan fuera de nuestras fronteras.