El botellón marcó ayer el inicio de la Feria del Centro y dejó una mala imagen en las calles del centro de la ciudad, en especial en la plaza del Socorro, que se convirtió en pocas horas en un vertedero de botellas, latas de bebidas y bolsas de plástico, que fueron utilizadas para transportar los miles de litros de bebidas.
De este modo uno de los males que aqueja a la Feria rondeña vuelve a repetirse en el arranque de la edición 2011, lo que provocó el malestar de la gran mayoría de los bares y restaurantes del centro de la ciudad, que se vieron desbordados por la masiva presencia de jóvenes que únicamente han trasladado de lugar su habitual fiesta de los fines de semana.
Entre los empresarios el malestar era generalizado ayer, y exigieron una mayor presencia policial para controlar este fenómeno que se prolonga en los años y para el que nadie parece encontrar remedio. En este sentido, un empresario explicaba que se había visto obligado a retirar las mesas que tenía instaladas en la terraza ante el peligro de que sufriesen daños, ya que varios grupos habían decidido utilizarlas como parte de su diversión y subirse en las mismas.
Además, entre algunos de los locales que han instalado barras en la calle también había malestar por la actuación de los cuerpos de Seguridad, que a las 19:00 horas comenzaron el desalojo de las zonas acotadas para permitir la entrada de los servicios de limpieza. Fue entonces cuando se descubrió la verdadera magnitud del botellón. No obstante, en este caso también nos encontramos división de opiniones, entre los que entienden que la hora de cierre era la fijada y aquellos que creen que en días de fiestas se debía haber tenido un poco de flexibilidad.
Mientras tanto, los jóvenes siguen defendiendo el botellón bajo la excusa de no poder hacer frente a los elevados precios de las copas en la feria y su limitada economía.