El verano ya está aquí cómo dice la canción. Ha llegado con previo aviso, porque lo qué es calor ya llevamos unos cuantos días pasando. Pero tiene que ser así ¿Si no hace calor en verano cuándo la va a hacer? En enero frío y en julio calor, y aquí tanto uno como la otra la tenemos a raudales, no tenemos término medio. Ni falta que nos hace.
Con las calores empezamos a desperezarnos y a quitarnos ropa cual cebolla preparándose para un guiso. Comenzamos a dejar a un lado la chaqueta, luego el jersey, posteriormente a subirnos las mangas, después a quitárnoslas y finalmente algunos días nos dan ganas de ir en calzones por la calle. Por abajo pasa lo mismo, conforme van pasando los días se van acortando los pantalones hasta terminar por unos tan minúsculos que desde los pies al final del pantalón podemos hacer carreras de fórmula 1.
Pero sin duda lo que más nos gusta del veraneo es ir por ahí mostrando el gran michelín que hemos conseguido agrandar aún más durante el invierno y la primavera. ¡Qué creía la barriga que no iba a crecer más, vamos! Algunos empezamos la operación bikini cuando ya no lo arregla esto ni el mejor de los cirujanos plásticos.
Me encanta ver como algunos vamos, sin recato alguno, enseñando por ahí el ombliguito. Las jóvenes más modernas llevan unas camisetas que llegan hasta media barriga para ir mostrando sus magníficos cuerpos. Otros en cambio no podemos evitar que la camiseta, que era amplia cuando la compramos, se nos vaya apretando alrededor de la cintura e inicie una subida por el único abdominal que nos queda y empezamos a mostrar partes de nuestro cuerpo que antes teníamos planas y marcadas.
En fin, que lo único que nos queda ahora es disfrutar del verano y sus delicias, que ya haremos la operación bufanda. No hay ninguna duda que esta operación se nos da muchísimo mejor. Aonde va a í a pará.