Tras muchas páginas en los medios de comunicación y un año de la desaparición de Marta, el pasado jueves tuvimos conocimiento por fin de una de las sentencias condenatorias hacía los implicados en la muerte y posterior desaparición de Marta del Castillo, de la que aún no sabemos dónde está el cuerpo y por lo visto no lo sabremos nunca.
La sentencia ha sido sólo para el menor acusado de la violación, crimen, desaparición y encubrimiento de estos lamentables hechos. “El Cuco” como le conocen ha sido absuelto de los delitos de violación y asesinato, pero no por el encubrimiento que le va a costar la “friolera” de tres años de internamiento, si bien el último mes será en libertad vigilada.
Qué hayan condenado por esos terribles actos de un “menor” a una pena tan ridícula da mucho que pensar. Porque no se crean que va a ir a la cárcel, irá a un centro de internamiento donde tendrá muchos beneficios por ser “menor” y además de estar sólo tres años el último mes se lo dan en libertad vigilada, no vaya a ser que demasiado tiempo en el trullo le venga mal al chiquillo, total para lo que ha hecho la criaturita.
Si tratamos a todos por igual, una persona que tenga la capacidad para encubrir (ya que de los otros delitos lo han absuelto) mintiendo y haciendo dar vueltas a toda la policía de un país ¿por qué lo tratamos como a un menor? Dicen que sólo los niños y los borrachos dicen la verdad, pero hay algunos niños que ni hartos de priva rectifican una mentira.
Con esta condena lo único que vamos a conseguir es que otros “menores” como éste vean las posibilidades que tienen, total cometan el delito que cometan no lo van a poder retener más que un tiempo, muy poco, y después encima lo dejan libres y con el expediente limpio, que nadie sepa lo que han perpetrado. Y a la familia de la asesinada ¿qué se le pasará por la cabeza cuándo dentro de nada se crucen por la calle con “El Cuco”?