Estamos en plena campaña electoral para las municipales (aunque no oficialmente, si oficiosamente) y los munícipes de todos los pueblos están como locos haciendo y diciendo.
Los hay que están inaugurando obras terminadas y por empezar, rotondas, plazas y hasta una placa para cambiar el nombre de una calle. También los hay que en cuatro años no han hecho nada y ahora lo quieren arreglar con reuniones en las que preguntan qué harían los ciudadanos para mejorar el pueblo, o hacen algún que otro torneo de cartas o dominó para que los candidatos vayan pavoneándose y entregando trofeos, a falta de ofrecer algo con que los electores conozcan su forma de trabajar (cómo si no hubiera quedado clara su forma de hacer al no haber hecho nada en cuatro larguísimos años).
Están los que por un voto como Belén Esteban “matan”, siendo capaces de hacer cualquier cosa. El colmo de la cara dura (podría haber puesto otros adjetivos como desfachatez, insolencia, desvergüenza, etc. pero no he querido hacerlo) es anunciar a bombo y platillo que van a dedicar el precio de una valla publicitaria (980,00 €) a comprar 500 kg. de alimentos para los más necesitados, dicen que hay muchas personas que los están pasando mal y por eso lo hacen, hasta aquí todo correcto y deberían tomar ejemplo otros partidos, pero lo que no es de recibo es que se los van a entregar a Caritas Interparroquial.
Y no es que esta ONG vinculada a la Iglesia no lo necesite o no lo vaya a repartir bien, que lo van a hacer bien seguro, sino que la entrega se hace por parte de la coalición IU de Estepona. Ese mismo partido que se ha dedicado los últimos años a criticar todo lo relacionado con la Iglesia ahora, para conseguir algunos votos, decide darle la potestad sobre el reparto a Cáritas porque son los que mejor pueden hacer ese trabajo. Mejor les iría a los de la coalición de ¿izquierdas? si en vez de estar cuatro años criticando y ahora alabando hubiera colaborado con ellos durante todos esos años, demostrarían al menos sensibilidad.