No tengo noticias de que en un país árabe autocrático y policial como son todos ellos, haya ocurrido nada como lo de Túnez esta semana pasada, la salida del país a toda velocidad de su dictador Ben Ali, provocada por las revueltas ocasionadas a raíz del suicidio de un joven informático Mohamed Bouazizi quemado a lo bonzo el pasado 4 de enero, se prendió fuego para protestar por la falta de perspectivas para los jóvenes y la corrupción. Este derrocamiento no hubiera sido posible años atrás sin la ayuda y coordinación de los medios como ha ocurrido actualmente.
En España, los millones de Sms y correos, vía móvil e Internet han logrado irritar a los políticos de este país, se está poniendo al descubierto el abuso de la clase política en materia de sueldos dietas y pensiones que en algunos casos, muy pocos, se los han llegado a bajar solamente de una manera testimonial y ridícula para lavarse la cara ante el electorado. Gran numero de correos con el mensaje de Indecentes, han goleado de día y noche la coraza o mejor dicho la cara dura de unos políticos que tienen a España como su cortijo y dominio donde ejercen sus derechos de clase aristocrática.
Tendríamos todos que seguir denunciando y dando curso a todos los mensajes que nos lleguen y que los pongan en evidencia. ¿Por qué un diputado con tan solo siete años de ejercicio, ya tiene derecho a la jubilación con todos sus derechos y un trabajador necesita 35 años?. A esta pregunta no le cabe otra respuesta sino porque lo ampara la ley, y dado que se comete esta “injusticia” al amparo de la ley no cabe pensar otra cosa que hay un abuso del derecho.
Se denomina abuso del derecho a la situación que se produce cuando el titular de un derecho subjetivo actúa de modo tal que su conducta de acuerdo a la ley, significa un ejercicio contrario a la buena fe y causa daños a terceros (resto de los ciudadanos), eso sí, el atropello, tiene en el caso que nos ocupa la atenuante que no se tiene la intención de perjudicar a nadie sino perseguir el interés propio. Pongamos como ejemplo en el reparto de un pollo entre dos personas hambrientas, el funcionario no tiene intención de dejar al otro sin comer pero sí pretende y consigue llevarse el pollo entero. La existencia de este abuso continuado corrobora lo dicho y oído toda la vida: Ellos se lo guisan y ellos se lo comen, quien hizo la ley hizo la trampa, votes a quien votes son lo mismo; son expresiones de la gente para significar su sentir al respecto de los que gobiernan. Es difícil luchar contra esta autocracia porque los caciques crean primero su cobertura legal, la ley, para luego ponerse el sueldo, y así no hay quien rechiste. Ser político es un chollo con privilegios al alcance de ellos y sus herederos, un círculo de alrededor de 80.000 personas en España cerrado y opaco.
¿Es suficiente la democracia en que vivimos?, sinceramente creo que no porque aparte de quemarse a lo bonzo y votar para cambiar al gobierno, poco más se puede hacer, ya que quien decide nuestras vidas, es el poder económico en manos de los que se meten en política porque no tienen oficio y no valen para otra cosa, y aún peor en las de otros que si valen pero van más a lo suyo que a lo que tienen que ir. Mis respetos para los que valen lo que tienen que valer y hacen lo que tienen que hacer. Cualquiera que sea la filiación, índole, cuna, linaje o estirpe siempre forman parte del enjambre que legisla pretendiendo el bien común aunque de común poco, porque con su aplicación se pueden hacer filigranas.
Circula por los medios una reciente noticia de adjudicación de 10 millones de euros en subvenciones a la empresa Matsa de la que es apoderada la hija del Sr. Chaves, son tantas las lecturas que de ello hacen los políticos, tribunales, juristas, y el propio presunto, que la interpretación de la Ley de Incompatibilidades ha desarmado la justificación dando pie a juicios paralelos por doquier. Con independencia que el Sr. Chaves se jubile, porque ya está bien, lo único que arreglará esto es el tiempo. Aludiendo a palabras de la dama de hierro Margaret Tacher, el socialismo dura mientras no se les acabe el dinero de otros, afortunadamente ya les queda poco.