El proyecto de restauración y conservación del conjunto arquitectónico de la Casería de Tomillos en Alcalá del Valle, acaba de ser distinguido por la Unión Europea y la organización Europa Nostra con uno de los cuatro premios de la séptima edición del concurso de Patrimonio Cultural Europeo Europa Nostra que ha merecido España de un total de 28 galardonados repartidos en toda la Unión. El autor del proyecto ha sido el arquitecto rondeño Pedro Enrique Santos Buendía y la ceremonia de entrega se celebró el 5 de Junio en la bella ciudad Siciliana de Taormina, recientemente el pasado 25 de noviembre hace menos de un mes, La Reina Doña Sofía ha entregado esas distinciones a los premiados españoles.
La finalidad de estos premios es fomentar niveles elevados y cualificaciones óptimas en materia de conservación, y estimular los intercambios transfronterizos en el ámbito del patrimonio. Pretenden asimismo, ser fuente de inspiración para otros esfuerzos y proyectos relacionados con el patrimonio en toda Europa.
Como es natural y ha ocurrido con el resto de los galardonados españoles, las autoridades se hacen eco del éxito de los autores y proyectos galardonados a fin de cómo se ha establecido en su creación, estimular intercambios en ámbito de patrimonio, fomentar las fuentes de inspiración para otros esfuerzos y dar a conocer proyectos y autores.
Este eco y divulgación, que se sepa ha sido nulo totalmente en Ronda a nivel oficial, dejando los esfuerzos y logros vacíos de contenido desaprovechando hasta la fecha las oportunidades que se brindan con el proyecto y su autor. Esta reseña que hago en el tema que hoy me ocupa, se debe a que por razones de las tareas a que me dedico, un día de hace unos doce años, me encontré con una casa gigantesca que estaba a la venta y perdida en el campo y cuya utilidad en manos de sus antiguos propietarios, era para encerrar cerdos, algunos aperos de labranzas y otros animales domésticos, sobre todo, lo que más había eran roedores y pulgas, pero lo que más bulto hacia y menos se veía era un edifico muy singular con mezcla de diferentes construcciones de distintas épocas desde tiempo de los romanos, árabe y posteriores, cuyos estilos por razones de su ruina pasaban desapercibidos, eso sí con mi visita, se encendió la mecha.
La consejera de cultura de la Generalitat valenciana, Trini Miró, ha asegurado que la concesión del Premio Europa Nostra a La Luz de las Imágenes, proyecto premiado en Valencia, confirma que la Generalitat realiza una labor sobresaliente en la recuperación y difusión del patrimonio arquitectónico y artístico de la Comunidad Valenciana. Estas son palabras pronunciadas en Televisión y medios, por la más alta autoridad en materia de Patrimonio en la Comunidad Valenciana al presenciar la recogida de su premio, que para estar claros, tiene exactamente el mismo rango que el que ha conseguido este arquitecto Rondeño y aquí se han hecho oídos sordos. Es difícil ser profeta en su tierra, ni siquiera lo fue Jesucristo cuando predicaba en la sinagoga de Nazaret y la gente se preguntaba que cómo un hombre hijo del fallecido carpintero y de María, gente tan humilde podría sembrar tanta sabiduría en sus profecías y sermones. Preguntado el profeta por los fieles respondió Jesús que nadie es profeta en su tierra. Esta moraleja no cayó en saco roto y sigue estando hoy en día en plena actualidad.
¡Nadie será profeta entre su gente!.
¡Nadie tendrá el fervor de su vecino!.
La envidia es un pecado tan mezquino
que prefiere la muerte a ser creyente.
Yo doy gracias, Señor, al pueblo infiel
que permitió encontrarte en mi camino,
has dado a mi existencia alto destino
y en mi morada crece tu vergel.
Enma Margarita RA Valdés
La psicología humana tiende a valorar más lo ajeno que lo propio. Con frecuencia preferimos el producto de importación al local o se nos antoja el coche del otro aunque el nuestro esté prácticamente nuevo, esto no es solo en lo material sino que se hace más notorio en lo personal. La vida de los demás nos parece con menos problemas que la nuestra; el trabajo más llevadero que el que nos ha tocado en suerte; incluso, nos parece que la familia ajena goza de más armonía que la nuestra.
Por el momento la Casería del Tomillo es propiedad de un Sr. Escocés, el arquitecto todavía está en la calle Armiñán.