Opinión

Inauguraciones (Observatorio de Práctica Política en Ronda)

Escuché el otro día a nuestro Regidor proclamando por Tele-Ronda que todavía le quedaban unas ochenta inauguraciones antes de las elecciones municipales. Con eso ya está completa la parrillla. Vamos a contemplar a ritmo trepidante toda una cascada de acontecimientos fascinantes protagonizados por el Alcalde y su palafrenero don Paco Cañestro. La programación va a ser de no perdérsela.

También he visto un debate que lo deben de pasar cada media hora por la frecuencia con la que me lo he encontrado, en el que una concejala de ese partido que no sé como llamarlo, es decir, del partido de Toti, repite hasta la saciedad que si salen fotos en los periódicos sobre actos, inauguraciones o eventos diversos del Ayuntamiento es porque se hacen cosas. Y otra vez, y otra vez…. En fin, que si cualquiera de nosotros nos ponemos a disparar fotos de todo lo que hacemos, cada día tendríamos un montón. Lo que pasa es que las cosas que hacemos las gentes ‘de a pie’, así sean de lo más interesante, no tienen acceso a los medios.

Es la monda que los políticos se sigan creyendo que inaugurando cosas banales pueden recabar votos de estos pobres ignorantes que nos deslumbramos con las promesas y los espejitos. El otro día, la inauguración iba de cambiar el nombre a una calle que los vecinos, por aclamación, habían elegido. Muy loable, pero lo importante sería si esa calle tiene baches o no, si las señalizaciones y pasos de cebra están bien pintados, si los tachos de basura son suficientes para la recogida diaria, si la iluminación de la calle responde a las necesidades. En fin, que muchas veces lo más perentorio está totalmente descuidado.

Ignoramos qué sea lo que el Consistorio va a seguir inaugurando, pero por si les faltara repertorio, el Observatorio querría colaborar con algunas iniciativas. Por ejemplo, inaugurar la publicación del PGOU, pues mientras siga en un cajón será ‘información privilegiada’ para unos cuantos que podrán hacer sus trapicheos; inaugurar la buena costumbre de aprobar los presupuestos anuales para que no se pueda ir tirando de aquí y de allá según las conveniencias; inaugurar el funcionamiento de unos medios libres y plurales que no puedan ser ‘alquilados’ con nuestro dinero para colarnos ‘su’ programación; inaugurar una era más ética en la política eliminando transfuguismos y otras trampas; inaugurar una ciudad más para la cultura que para el folklore y, sobre todo, inaugurar la Democracia perdida en Ronda.


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