Si lo datos que ofrece la organización son ciertos, que no hay porque dudarlo, el Festival de Cine Político de Ronda costará alrededor de 500.000 euros (más de 83 millones de las desaparecidas y por muchos añoradas pesetas), de los cuales el Ayuntamiento de Ronda tendrá que afrontar una buena parte, por lo que esperemos que la repercusión mediática, y por tanto publicitaria sea importante, ya que en caso contrario habría que poner muy en duda la rentabilidad de una aventura cinematográfica que no se sabe a ciencia cierta de que privilegiada mente ha surgido.
Desde luego en estos tiempos de crisis y prenavideños (desgraciadamente son muchos los rondeños con necesidades ante las fiestas que se avecinan y la pasada semana vimos como los moteros se echaban a la calle para recoger aceite para la delegación de bienestar social) es complicado explicar que un experimento como este de dedicar toda una semana a proyectar filmes de contenido exclusivamente político, que ya fracasó de manera rotunda en una ciudad tan cinéfila como Barcelona donde duró dos ediciones, pueda arraigar en Ronda, en una sala de proyecciones preciosa pero bastante incómoda para aguantar varias proyecciones seguidas, y todavía más difícil de explicar esa excursión subvencionada a mesa, mantel, cama y créditos de libre configuración, a 200 universitarios de toda España que viajarán a Ronda suponemos que con la misión de actuar de fervorosa “clac” si la asistencia de público no es la deseada.
El elenco de personajes invitados es realmente espléndido, y el Festival ha sido presentado y paseado por varias ciudades a “bombo y platillo”, hasta su humilde presentación en Ronda, y desde este momento sólo queda ver como se desarrolla, sinceramente espero que bien, para sacar conclusiones, o en caso de fracaso pedir responsabilidades a quién corresponda porque desde luego es mucho gasto para unas arcas municipales que no atraviesan su mejor momento.