Madrid, 10 de Noviembre, (Europa Press), “Dinosol refuerza su presencia en Andalucía y continúa apostando por el crecimiento y la consolidación de su plan estratégico con la adquisición de siete tiendas del grupo Eroski ubicadas en Huelva y Cádiz, según informó el grupo de distribución. Tras esta operación, Dinosol, que trabaja bajo las enseñas ‘HiperDino’, ‘SuperSol’, ‘HiperDino Express’ y ‘Cash&Diplo’, cuenta con más de 450 establecimientos en España, de los cuales más de 150 están ubicados Andalucía.
En concreto, las tiendas adquiridas, con una superficie de unos 2.000 metros cuadrados cada una, se encuentran en las localidades de Ayamonte, Almonte e Isla Cristina, en Huelva, y en Jerez de la Frontera, Tarifa y Conil de la Frontera, en Cádiz. El consejero delegado del grupo, Javier Pérez de Leza, destacó que esta compra supone una clara apuesta por parte de Dinosol de seguir creciendo, así como la consolidación de su plan estratégico”.
Esta venta forma parte de la estrategia de desinversiones del grupo vasco que como ya publiqué en anteriores artículos tiene previsto desprenderse este año de 35 establecimientos entre supermercados, grandes superficies y otras tiendas de su propiedad. De hecho, ya ha vendido sus plataformas logísticas de Málaga y Zaragoza. La noticia, publicada días atrás por el diario El Economista, no dejaría de ser una mera transacción comercial si no fuera porque deja entrever que el interés del grupo vasco en nuestra ciudad puede responder a criterios meramente urbanísticos y no comerciales.
Y me explico: La cadena comercial y su socio en Ronda, (una conocida empresa constructora), compran unos terrenos para la instalación de un nuevo centro; pagan una mínima parte en metálico y el resto en bienes urbanizados, -que le salen a precio de costo porque, como digo, su socio es una empresa constructora-. Terminada su edificación lo vende a un grupo inversor o a otra cadena de distribución (incluso pudiera ser que la venta ya esté pactada de antemano) y el beneficio va directamente al bolsillo de los promotores sin necesidad de cortar siquiera la cinta inaugural.
Así mirado, la operación es perfectamente legal, pero no deja de ser una mera operación inmobiliaria. Lo que ya no es tan perfectamente “ético” es el discurso político que los socialistas rondeños hacen de ella, a la que presentan poco menos que como la solución del paro en Ronda, acusando incluso al Partido Popular de “obstaculizar un proyecto que crearía miles de puestos de trabajo”, como manifestaba textualmente una nota de prensa difundida esta semana por los responsables de comunicación del PSOE rondeño.
Si el interés de Eroski por instalarse en nuestra ciudad fuera simplemente inmobiliario supondría que la rentabilidad comercial del centro pasaría a segundo plano, porque, como vemos, en otras localidades lo acaban traspasando. Así se explica que otros centros comerciales de su propiedad, como es el de Antequera, tengan una mínima actividad comercial y la mayor parte de los locales anexos al centro comercial estén cerrados .
Pocos años después, la mayoría de los empresarios o comerciantes que se instalaron allí o trasladaron sus negocios al centro comercial pensando que el grupo Eroski invertía en Antequera porque así lo aconsejaban sus estudios de mercado, han cerrado o se han arruinado en el intento; y en Ronda podrían correr la misma suerte.
Eso es exactamente lo que tienen que explicar a los rondeños el Sr. Marín Lara y el grupo socialista: Si la cadena vasca viene a explotar comercialmente su hipermercado, o simplemente a pegar el “pelotazo urbanístico”; algo que como digo es legal y estarían en su perfecto derecho; pero si es así, que se crren “miles de puestos de trabajo” no se lo cree ni Dios.