No siempre resulta fácil elegir un camino entre todos los que tenemos ante nosotros en nuestra vida, no es sencillo, por lo tanto, posicionarnos y ser fieles a nuestras decisiones que, quizá, pueden verse influenciadas por motivos o argumentos con capacidad de cambio. Tomar decisiones, así, puede observarse como un acto de responsabilidad que cargar sobre nuestra espalda, exponiéndonos siempre a abandonar alternativas que quizá no fueran tan malas, a equivocarnos, a elegir la opción incorrecta para nuestro momento, para nosotros o para nuestro entorno. Sin embargo, existe, como casi siempre en cada circunstancia vivida, otro punto de vista que no debemos obviar y olvidar en ningún cajón, perdido entre fotos antiguas y miedos presentes, que no es más que la certeza de que elegir, optar y tomar decisiones responde al fin y al cabo al derecho a la libertad que como seres humanos ostentamos como bandera y que, injustamente, no todo el mundo puede poner en práctica. Es decir, elegimos porque podemos hacerlo, optamos porque somos libres hasta el final de todo y hasta el comienzo, tomamos decisiones porque no hay o no debería haber, en un mundo adulto, quien nos las imponga contra nuestra voluntad.
Un camino u otro, una elección o la contraria, café o té, seguir trabajando en el mismo puesto o arriesgarnos, pensar de un modo o de otro, ser amable o desagradable, sonreir o no hacerlo e incluso, por muy extremo que nos parezca, intentar ser felices o desistir en el intento. Todas y cada una de ellas son decisiones, algunas demasiado sencillas como para tomarlas en cuenta, fáciles de tomar quizá en parte por su poca trascendencia o por el simple hecho de que las alternativas restantes no ocupen un lugar importante en la jerarquía que nos hayamos marcado. Otras, más importantes y trascendentes para nuestra vida merecen una especial consideración, de modo que no nos apresuremos, tomemos y usemos útilmente el tiempo del que disponemos para escuchar lo que tan solo en nuestro interior podemos encontrar. Así, observemos las diferentes posibilidades que tengamos a nuestro alcance siendo siempre creativos en la búsqueda de otras nuevas, sopesemos lo positivo y negativo de cada una de ellas y tomemos aquella que nos haga sentir mejor con nosotros mismos.
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