Discurrían apacibles los días del verano y con ellos se iban desgranando puntualmente las cabañuelas de agosto, como si de auténticos augures del tiempo se tratara, cuando en el aire restayó el trueno informativo del fulminante cese de Juan Fraile como Delegado de Obras de nuestro Ayuntamiento. Este año, las disputas políticas ni siquiera esperaron a que pasara la feria de septiembre y las mulillas arrastraran por la arena de la Maestranza al último toro de la corrida rejones, -como suele ser habitual cuando se avecinan elecciones-.
Me cuentan que todo pudo deberse a sus diferencias de opinión con Marín Lara sobre las condiciones urbanísticas en que el Ayuntamiento debía recepcionar las instalaciones deportivas de El Fuerte; una operación pendiente resolver desde hace años, -con casi medio millón de euros de por medio-, cuya cuantía final se estaría negociando directamente entre la alcaldía y la constructora. Pero me temo que las razones sean más prosaicas, pues últimamente ninguno de los dos lograba disimular en público su mutua antipatía.
Las diferencias entre Antonio Marín y Juan Fraile vienen de lejos, no en balde ambos militaban en partidos distintos y estuvieron enfrentados durante la mayor parte de su vida política en el consistorio rondeño. La ambición por el poder suele hacer extraños compañeros de viaje, y tras veinte años como munícipes, tan sólo últimamente compartieron el poder. Buen ejemplo de ello es aquella frase burlesca que Antonio Marín, -fiel a su estilo-, le dedicara a Juan durante uno de los innumerables Plenos que éste presidió mientras fue alcalde de la ciudad: “Parece usted el cochero de Drácula” (-por feo-).
La anécdota me recuerda la de aquel gaditano que en carnavales iba disfrazado de vampiro conduciendo un tractor por las calles de Cádiz. Cuando le paró la policía para preguntarle dónde iba, porque el tráfico estaba cortado en el centro de la ciudad, les respondió con la singular gracia gaditana: “Pues dónde voy a ir, pisha… A sembrá el terror, ¿no lo ves?”.
Un terror menos jocoso cunde entre la militancia “histórica” del socialismo rondeño cuando ven caer, uno tras otro, a los críticos con Marín Lara, auténtico sátrapa que, cegado por su ambición de permanecer en el poder a toda costa, se autoproclamó candidato sin esperar siquiera a conocer la opinión de la asamblea local de su partido. Dice el refrán que “de fuera vendrá quien de tu casa te echará”, y como si se tratara de una corrida goyesca, -tan propia de las fechas que se avecinan-, el maestro ha pasado a estoque a media docena de disidentes: Isa Barriga, Ana Fuentes, Paco Harillo, Isa Aguilera, Maribel Morales, y ahora Juan Fraile. Y puede que todavía caiga alguno más de aquí a las elecciones.
Extraña la destitución de Fraile, sobre todo porque al primer edil una vez más le fallaron las formas. Despedir con una patada en el culo, -políticamente hablando-, a quien fue Eurodiputado, Presidente de la Diputación Provincial, del Patronato de Turismo y nueve años Alcalde de Ronda; aparte de ser humillante y una falta de respeto político, es una temeridad y una decisión poco inteligente, ya que pierde el apoyo de alguien con suficiente peso dentro del partido socialista para abrirle la puerta de otras instituciones si en mayo del 2011 el PSOE no revalida el poder en nuestra ciudad, o si finalmente la Dirección Regional del partido no le designa candidato.
Le traicionan los nervios a Marín Lara y se le nota. A su alrededor, la mayoría de los candidatos del PSOE a las alcaldías de las principales poblaciones andaluzas ya han sido designados o ratificados por Sevilla. Aquí no. Están esperando los resultados de una encuesta sobre intención de voto que se conocerá a principios de septiembre; -pocos días después de que acabe la Feria de Pedro Romero-, y con los datos en la mano la dirección socialista decidirá quien encabeza finalmente la candidatura rondeña. Al igual que pasa en Madrid, puede ser que Isa Aguilera tenga más al alcance que Marín Lara revalidar para el PSOE la mayoría absoluta si, como parece, esta vez Ronda no pagará traidores. De lo contrario, Marín Lara se convertirá en el mejor candidato para el P.P. y el Partido Andalucista.
