Opinión

Contingencias (Manuel García Hidalgo)

Los humanos no soportamos fácilmente la incertidumbre de los acontecimientos y el devenir de imprevistos movidos por el deseo de saberlo y controlarlo todo. Por razones obvias esto no es posible y entonces nos conformamos con una explicación que nos damos nosotros mismos antes de aceptar voluntariamente y sin oposición las molestias, sacrificios o resignación a que haya lugar.

Nuestra vida es un continuo rosario de sucesos aleatorios que en la mayoría de los casos se sale de lo previsto y deseado, concluyendo que la vida es hacer planes mientras que te suceden cosas.

La casualidad es la aclaración utilizada por las personas que son incapaces de encontrar una explicación coherente a situaciones que aparentemente carecen de ella. Cuanto más aprendemos y trabajamos, menos casualidades encontramos por ser estos los medios existentes para luchar contra ella.

Un recurso mental utilizado en la mayoría de los casos, es aceptar que los sucesos son cosas de Dios y que lo que ha de ser será, que lo que tiene que pasar pasa, que eso es la vida, que las cosas no vienen solas, etc.

Has encontrado un buen trabajo, ¡qué suerte! ¿No será que lo he buscado y no me he conformado con el primero que me ofrecía aún no siendo malo?

¡Gracias a Dios estaba lejos de la explosión y esto me salvó! ¿Gracias a quién murieron personas que estaban cerca del lugar de la explosión, a Dios también?

Después de visitar muchos médicos, un curandero me dijo que todos mis males estomacales tenían causantes Psicológicos y que el deterioro tenía arreglo si mi cabeza se ordenaba primero. ¿No será más que una casualidad, un conocimiento que tiene el curandero que el que han tenido los médicos que lo han visitado primero?, muy corriente por cierto. Lo que ocurre es que el campo del curandero es distinto al de los médicos y por error se encasillan en el mismo.

Desde el punto de vista matemático, un suceso es cada uno de los resultados posibles en una experiencia aleatoria; siguiendo esta óptica matemática nuestra vida está compuesta por una serie continuada de vivencias, que no es otra cosa que la manera de vivir las cosas que suceden o encajar los sucesos que acontecen. Nuestra existencia es una pura casualidad y sin error a ninguna duda es consecuencia de que nuestros padres seguramente por cosas de la vida, se encontraron por primera vez.

En la naturaleza se producen sucesos que tienen apariencia de casualidades pero que no lo son, simplemente los etiquetamos como tales, porque no podemos darle la explicación correspondiente.

Cuando hay algún incendio en un pinar en verano ocurre que cuando llega el fuego a las piñas y le transmiten el calor, éstas explotan, cosa que hemos comprobado todos cuando pequeños por ser este el método utilizado por los niños para sacar los piñones de las piñas, echarlas al fuego. Cuando una piña explota, esparce todos los piñones alrededor del pino quemado con lo cual el suelo alrededor de éste, queda sembrado de multitud de piñones que tiempo más tarde repoblarán los montes quemados. Éste como innumerables acontecimientos llenan la vida del universo y no son “posiblemente” casualidades, sólo son sucesos que no podemos explicar porque nos faltan conocimientos. ¿Podríamos haber encontrado una explicación hace un siglo a cómo dos personas se podrían ver y comunicar a miles de kilómetros de distancia como lo hacemos hoy en día instantáneamente mediante el teléfono? Lo conseguido y su explicación es debido al trabajo y conocimiento que el hombre va adquiriendo con su esfuerzo. Podremos concluir diciendo que lo inexplicables no es por lo misterioso del tema sino por la ignorancia que de él tenemos, redundando con ello en la definición del mismo misterio. Conclusión: si es blanco, vuela y dice “cua, cua” no es tu abuela con su traje de boda tirándose de lo más alto de tu edificio, es un pato, así de simple.


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