Tengo últimamente una costumbre que me ha contagiado la jefa de mi casa, esta es la de mirar el tiempo en la televisión. Lo miramos en casi todas las cadenas, algunas no las pillamos porque se solapan y lo dan a la misma hora, con el consiguiente reproche por parte de la que manda en mi casa.
Pues bien esta sana costumbre me ha hecho, aparte de ser de los que mejor informados está del tiempo de todas las personas que conozco e incluso de algunas que no tengo el gusto, darme cuenta de lo variado que está el tema en cuanto a diseños. Los hay que te muestran virtualmente el mapa, los hay que lo hacen al método tradicional como cuando el añorado Mariano Medina (aquel meteorólogo que se apostó una vez el bigote si no acertaba y se tuvo que afeitar), los hay que te muestran fotografías y los hay que hacen conexiones desde el exterior para que veamos sí realmente está pasando lo que dicen.
Estos últimos años han salido de todo tipo, desde el que hace chistes entre previsión y previsión y pronostico (para que no se haga pesado el minuto y medio que está en pantalla), hasta el que pega saltitos y parece un muñequito saltarín, pasando por todo tipo de personas que dedican su tiempo a estos menesteres.
Pero lo que realmente me ha sorprendido es qué no hay cadena de televisión (a excepción de Canal Sur, claro) que no tenga en su plantilla a un meteorólogo o meteoróloga (que después me protestan) que sea de origen canario.
No se si serán los vientos (“alisios” creo que los llaman por allí) o será que tienen una facultad de meteorología que tiene que ser la leche, pero lo cierto y seguro es que hay más canarios dando el tiempo que psicólogos argentinos dándonos la tabarra.