Buen proyecto. No tiene mala pinta eso del centro integral del vino y la uva. A priori, y no tengo motivos para pensar otra cosa, puede ser un complemento ideal para la ciudad y el sector agrícola que más movimiento económico ha generado en los últimos años en la Serranía de Ronda. Ni que decir tiene que le vendrá de maravillas al sufrido sector turístico, si es que finalmente se pone en marcha aquello anunciado de las visitas a las bodegas. Desgraciadamente, son contadas las que se realizan, y como ocurre con demasiada frecuencia por estos lares, se anuncian ideas que luego no se terminan de poner en marcha nunca. Ejemplos tenemos varios. Los cerrados mueble rondeño y centro astronómico, o el deambulante palacio de congresos, que no termina de arrancar y que pierde terreno todos los días frente a la oferta cultural que se ofrece en el mismo recinto. Hay que reconocer que la capilla del Convento de Santo Domingo, que acoge al mencionado palacio, ha quedado de dulce y que los actos allí celebrados ganan mucho. Me pregunto cuándo comenzará la celebración de congresos o jornadas en un marco como éste.
Viene a colación esta reflexión para reclamar que no ocurra lo mismo con el centro del vino. Aunque mucho me temo que algo así ya puede estar sucediendo. Y me explico. Puestos a oír a todos los implicados en el asunto, cada uno te cuenta un proyecto diferente. Unos me gustan más que otros, aunque eso es lo de menos si nos atenemos a que no soy un experto en el tema, aunque sí que me queda claro que no se sabe muy bien qué hacer con el proyecto. Además, también viene a reflejar que responsables públicos y sector privado no se han sentado antes de anunciar el proyecto para marcar una hoja de ruta y que todo esté previsto y acordado.
¿Sabe alguien qué queremos realmente para el centro integral del vino? Porque a mí no me ha quedado nada claro. Pensaba que sí lo estaba después de la presentación y de contarse los detalles, aunque luego descubrí que no era así. ¿Habrá gestión pública únicamente o será mixta? ¿Es una escuela de formación de trabajadores o un centro de investigación? ¿Alguna universidad se va a implicar en el proyecto para dar cobertura a la formación que se imparta? ¿Será una bodega municipal con alumnos en prácticas? ¿Dónde estaban los responsables de la UMA a los que muchos apuntan pero que no aparecieron en el acto de firma del convenio?… Y así podría seguir preguntándome cuestiones que pensaba que las tenía claras pero que ya no las tengo.
Está clara la buena intención del Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y el propio Gobierno Central, pero alguien debería pararse a diseñar el funcionamiento del centro y la forma de financiarlo para garantizar su continuidad antes de meternos en más berenjenales. De lo contrario, todo apunta a que tengamos otro magnífico edificio cerrado sin un contenido concreto.
