Opinión

El tercer problema (Nacho Garay)

Me desayuno el día de cierre con la noticia de que el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)  ha realizado una nueva encuesta sobre los problemas de los españoles, y aunque parezca mentira  la  llamada “clase política” es la tercera cosa, no se les puede denominar de otra manera, que más preocupa a los ciudadanos españoles.

Con un país con cuatro millones y medio de parados, una economía en clara marcha descendente, una banda terrorista que sigue intentando matar a los que no piensan como ellos, una juventud extraordinariamente preparada, pero sin salida laboral, una delincuencia en alza precisamente en el sector juvenil, con la imposibilidad de encontrar vivienda para muchas familias, ese derecho constitucional que habla de la vivienda digna para todos es claramente soslayado por nuestros dirigentes, unas relaciones exteriores en las que muchas veces no sabemos si vamos o venimos, la justicia convertida en un caos  y un montón de cosas más  que no les cuento por no aburrirles, estos muchachos de la política se han convertido en el tercer problema nacional, es para reconocer que estos muchachos que en teoría se dedican a solucionar nuestros problemas, tienen, o mucho mérito, o mucha cara, o una mezcla de las dos  cosas, aunque parece que  la percepción de los ciudadanos es que lo segundo abunda más que lo primero en la receta que ha llevado a nuestros dirigentes al podio de los problemas.

En todo caso, esto se produce a nivel nacional, ¿que dirían los encuestados si todo los diputados del PSOE o del PP (los dos partidos salen  mal parados en la encuesta),  se cambiarán de grupo y se fueran a otro dejando sin voz en el Parlamento a la formación más votada como ha ocurrido en nuestra ciudad?. Sería una pregunta que el CIS debería plantearse en futuras encuestas.

En todo caso  esta mañana también he conocido la muerte de Miguel Delibes y asistido al funeral por el querido Juan Martín Pinzón, sucesos que me preocupan más que los políticos de turno.


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