El pasado domingo se festejaban los 30 años de la celebración del referendum para la aprobación del Estatuto de Autonomía para Andalucía, que fue ratificado por una inmensa mayoría de los andaluces pese a las trabas que se impusieron por un Gobierno Central, que creía que con haber contentado a las llamadas comunidades históricas, Cataluña, País Vasco y Galicia, se había solucionado el problema del llamado mapa del Estado de las Autonomías.
Entonces los andaluces mostraron su clara y firme voluntad de seguir integrados en España, sin privilegios ni discriminaciones de ningún tipo, en una fecha que ha quedado para la historia, como la de la “rebeldía civilizada” de unas gentes que se echaron a la calle, y en concreto a las urnas, para exigir, no ser más que nadie, pero dejar claro que no se iba a permitir tampoco que Andalucía fuera menos que otros.
Ahora 30 años después el Ayuntamiento de Ronda celebró ese aniversario con un acto al que acudieron todas las representaciones de grupos políticos presentes en el ayuntamiento y autoridades civiles y militares de nuestra ciudad, acompañados de un buen número de personas que dejaron pequeño el salón del Círculo de Artistas donde tuvo lugar la celebración, edificio que nadie ignora forma parte de la historia de Andalucía, mejor dicho, es Historia con mayúsculas de nuestra tierra.
Viene a cuento esta larga introducción para hacer una reflexión sobre el olvido que nuestras autoridades han mantenido sobre esta fecha en los años en los que la Corporación ha sido presidida por el andalucista Marín Lara, el 28-F había pasado de puntillas, y curiosamente este tipo de actos se recuperaron el año pasado, cuando Marín estaba con pié y medio en el PSOE, y se le da mayor énfasis cuando el actual regidor ya ha consumado su paso a las filas socialistas.
Parece que el alcalde ha recordado que fueron precisamente esas reivindicaciones con tintes nacionalistas, y cierto enfrentamiento con las instituciones gobernantes, las que le llevaron a la máxima responsabilidad de gobierno de una ciudad que conoce sus raíces y no parece dispuesta a olvidarlas por decreto ley como alguno ha pretendido.
Por cierto, que la Organización Mundial de la Salud tiene declarado el 28-F como Día Mundial de las enfermedades raras, y alguno parece haberse visto afectado por estos síntomas.
Nacho Garay.