La semana pasada pusieron en la televisión una película de éstas imprescindibles en el cine español, se trataba de “Amanece que no es poco”. Pero lo mejor del programa fue el posterior debate que tuvieron la presentadora del programa con el director de la cinta José Luis Cuerda y uno de los protagonistas, el gran actor Antonio Resines.
Durante la charla Resines habló sobre la actualidad del cine español y la competencia con el que viene del más allá, es decir de Hollywood, proponiendo que las que vengan en un idioma diferente al nuestro se emitieran en versión original con subtítulos –decía- “se igualaban las películas ya que las veríamos como la hacen ellos y los matices de su audio original” cosa que no estaría mal. Pero cuando viene una película de Norteamérica viene empaquetadita, es decir, a los distribuidores españoles le obligan a poner en los cines una de éxito acreditado por las taquillas de allí con tres o cuatro que no valen un duro, se la “meten doblada” a los empresarios del cine aquí, ya que esto es innegociable “si quieres la buena traga con las malas” con lo que si había alguna película española con poco público inmediatamente te cuelan la “americanada” aunque tenga aún menos público, pero son los que mandan en la industria fílmica.
Si obligaran a las distribuidoras españolas a tener un mínimo de películas en cartel (si el cine es de 5 salas al menos dos o tres españolas) al cine español le vendría mucho mejor que no subvencionar sólo las películas más taquilleras, éstas ya son beneficiosas para el productor (por cierto la Comisión Europea ha frenado la Ley que aprobaba estas ayudas al cine español, con lo que tendrán que esperar se supone que unos meses) sería mejor intentar ayudar al cine, no dando al que más recaude, sino ofreciendo al público la posibilidad de ver las películas españolas en la gran pantalla aguantándolas un poco en cartel y no sólo verlas en televisión. Quizás no sea la solución, pero por probar…
Jose Cabello.