Estas consecuencias podrían llegar a ocasionar unas pérdidas de unos 4 millones de euros, según explicó el presidente de Suragro, Manuel López. En concreto, son unas 10.000 hectáreas de olivar de la Serranía de Ronda, Ardales, Cañete la Real y el El Burgo, las que van a ser tratadas con el plan puesto en marcha por esta asociación, que comenzó ayer con las fumigaciones terrestres en los términos municipales de Ronda y Arriate, y que se ampliará hoy con la utilización de una avioneta para el resto de las zonas.
De este modo, 8 tractores y una avioneta trabajarán durante una semana de para intentar conseguir el mayor efecto sobre esta plaga, aunque la dispersión de viviendas y núcleos de población hace que algunas áreas no puedan ser tratadas, lo que deja pequeños reductos donde la picadura de la aceituna puede ser importante, algo que se trata de minimizar con la fumigación terrestre.