Estaba cansado de viajar y de comprobar cómo las informaciones turísticas no estaban adaptadas para las personas con una minusvalía en la visión, lo que le hizo pensar que eso mismo no podía ocurrir en su ciudad, donde el turismo es una de las principales bases de la economía rondeña.
“Estaba cansado de ir a otras ciudades y siempre tener que estar preguntando”, dijo Juan Manuel Medina Guzmán, un invidente que es técnico superior en informática y muy aficionado a viajar, que se puso a trabajar en este asunto y decidió presentar un proyecto para la creación del primer plano turístico para personas con discapacidad visual, con el objetivo de que Ronda fuese “pionera” en atender a sus turistas invidentes.
Ahora, casi un año después, aquella idea se ha convertido en realidad, con la llegada de los primeros folletos a las oficinas de información turística y monumentos, lo que convierte a Ronda en una ciudad visible para los invidentes que lleguen a hacer turismo.
De momento, la primera tirada se ha limitado a 200 ejemplares, que ha tenido un coste de 3.000 euros debido a la complejidad para su elaboración, y que ha contado con la financiación de Unicaja.