Lo daba a conocer La Voz de Ronda hace varias semanas, cuando un amplio reportaje desvelaba la situación de abandono en la que se encontraban las instalaciones del viejo recinto ferial.
Tras la aparición de la noticia, el alcalde de la ciudad, Antonio Marín, visitó el recinto para anunciar que había decidido demoler las antiguas casetas, una orden que se ha cumplido esta semana, cuando las excavadoras han convertido en escombros las viejas instalaciones.
Los vecinos de la zona expresaron en aquel momento su preocupación por las actividades que se estaban realizando en el interior de las casetas, que, aunque sus puertas había sido tapiadas, se habían realizado butrones para acceder al interior de las mismas, donde se estaban comunicadas unas con otras. En el interior de las viejas casetas se podía encontrar prácticamente de todo, incluido algunos carros y restos de numerosas hogueras, además de restos que evidencia la continuada presencia de personas.
Este hecho provocado que algunos padres temiesen que los más pequeños pudiesen entrar dentro de las casetas, lo que consideraban que podía convertirse en un peligro para aquellos que lo hicieran.
De este modo han desaparecido los pocos restos que quedaban del que fuese el Real de la Feria durante muchos años, y la sede de las diversas peñas rondeñas, que siguen reclamando la construcción de casetas de mampostería en el nuevo recinto.
Algunos vecinos propusieron como solución el derribo de estas viejas edificaciones, que habían dejado de tener utilidad, y que se encontraban en situación de total abandono y sin ninguna conservación. Una medida que es la que finalmente se ha adoptado.
Además, efectivos del Consorcio de Bomberos han realizado algunas de sus prácticas en el interior de alguna de las casetas, quedando totalmente quemadas sus paredes, algo que ahora se puede apreciar en los restos de los escombros. De igual modo, un vehículo que también ha sido utilizado por los bomberos que permanecía en la zona ya ha sido retirado.