Los agricultores de la Serranía de Ronda han vuelto a llamar la atención sobre las excesivas ganancias que tienen los vendedores finales de los productos que cultivan.
En esta ocasión, ASAJA; se ha quejado de los excesivos precios que alcanzan el pan en la venta en despachos, mientras los precios de venta del trigo se han desplomado esta campaña, con una reducción cercana al 50% con respecto a la pasada campaña.
Este año, el kilo de trigo se paga a 0,24 céntimos de euro, mientras en 2007 llegó a alcanzar los 0,50 céntimos, ante la fuerte demanda de países como China e India y las malas cosechas que se produjeron en los mayores productores de este cereal en Europa, como es el caso de Francia y Ucrania.
En estos momentos, las circunstancias han cambiado y en estos países europeos, conocidos como los graneros de Europa, se ha registrado una buena cosecha, lo que provocado que se pueden atender con normalidad las demandas chinas e indias, lo que ha conllevado un notable descenso de los precios en los mercados.
Ahora, los agricultores reclaman que los precios del pan también se adapten, ya que, hasta el momento, los despachos siguen cobrando este artículo de primera necesidad a los mismos precios, tras las subidas experimentadas el pasado año.
En la actualidad, el kilo de pan se paga a 2,60 euros, mientras hace un año se pagaba entre 1,50 y 1,35 euros.
Por ello, el portavoz de ASAJA, Rafael Cordero, señalaba que “no es comprensible que se sigan produciendo estas circunstancias, cuando los agricultores han visto una disminuidos sensiblemente sus ingresos”.
Además, los agricultores también se han quejado por las pocas operaciones de venta que se están realizando en estos momentos, lo que está provocando una mayor preocupación, al no existir peticiones.
No es la primera vez que los productores denuncian lo que consideran un abuso por parte de los intermediarios y vendedores finales.
En otras ocasiones, también se ha insistido en que prácticas similares se realizan con la venta de otros productos, como las hortalizas o los productos cárnicos, donde los ganaderos mantienen duras críticas hacia estas prácticas.