Las cruces de mayo (Antonio Sánchez Martín)
Tenía mi abuela en su cuarto un reloj que durante el día mostraba la leyenda “Le temps est fugace” y por la noche “Bonne nuit”, y aquello a mí me seducía, naturalmente, como seducen tantas cosas a los ojos inocentes y curiosos de un niño de siete u och …