Benaoján y el alcalde en la tele: luego, ¡existen! (José Becerra)

Ya resulta un tópico manido ese que asevera que si no se sale en la tele no se existe. Por esta razón hay quien hace denodados esfuerzos para que su imagen aparezca en la pequeña pantalla y si es posible en todo el país y en las horas de mayor audiencia. Seguramente el alcalde de Benaoján, Francisco Gómez (Paco para los amigos y allegados), no ha realizado el menor esfuerzo en una primera intención para que el pueblo de la Serranía de Ronda acapare la atención de media España ocupando parte de los informativos.

Que esto haya podido ocurrir no ha sido mérito del regidor, más bien todo lo contrario. Su compulsivo afán de fumar, haciendo caso omiso de lo legislado al respecto en un lugar público y cerrado, llevó a la oposición municipal a afearle la conducta durante el transcurrís de un pleno y a grabar el momento en el que se disponía a emitir las volutas del humo del cigarrillo, para posteriormente enviar el video allí donde consideró conveniente.

Resultado: el pueblo serrano, y en concreto su placita de la Iglesia del Rosario, catapultados a los cuatros vientos: ¡Benaoján existe, y con él su primer edil! Gracias sean dadas. No acaparó la atención de los medios para difundir los rincones y encantos de pueblo serrano y su singular paisaje de montaña. Ni que en su entorno se abran cuevas como la de La Pileta o la del Gato, ambas de una riqueza prehistórica que merecieron aparecer en los anales de la Historia con mayúscula de la provincia. Ni que el municipio figure con derecho propio allí donde se exaltan por su calidad y exquisitez los productos del cerdo, aquí elaborados con el buen hacer de una tradición de siglos. Ahora se empecerá a conocer por otros motivos mucho más fútiles.

La portavoz del PSOE en el Consistorio, Soraya García, en contra de lo que pudiera parecer que fuesen sus intenciones, ha facilitado el conocimiento del pueblo y ha hecho que la imagen de Gómez se ha difundido de manera notoria. Se habla ahora de Benaoján por doquiera; pero se hubiese preferido, y ese parece el sentir de los munícipes, que se hablase por otras razones más enjundiosas.

¿Qué puede ocurrir ahora? Quizás que los habitantes del pueblo, después de haberse sentado el precedente de rebeldía institucional, manifiesten su proceder en esta cuestión: “Fuma el alcalde, fumamos todos”, si es que la Junta no toma cartas en el asunto.

Ahora para rizar el rizo, Paco Gómez abre un expediente contra sí mismo. Para que ninguna otra administración ni consejería se inmiscuya como acusación. “Yo me lo guiso y yo me lo como”, que decimos los viejos del lugar. Está por ver como acabará esta rocambolesca actitud.

La edil socialista, quizás un tanto abrumada por los vuelos que ha tomado la noticia, declaró que no fue su intención provocar semejante revuelo, afirmación que parece llegar un poco tarde. Está por ver como acabará la rocambolesca situación que tiene al vecindario en ascuas.