Durante este fin de semana la localidad de Benalauría ha celebrado su tradicional Romería de Siete Pilas en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción, un evento en el que se han dado cita en el diseminado tanto vecinos del municipio como personas procedentes de pueblos cercanos. A causa de la pandemia de Covid la romería no había podido celebrarse en los dos últimos años, por lo que esta edición era muy esperada.
La romería comenzó en la noche del viernes 3 de junio con una fiesta joven que contó con la actuación de un dj a partir de las 11. El día siguiente, desde las 4 de la tarde se pusieron en marcha atracciones infantiles, se llevaron a cabo carreras de cintas en bicicleta y moto y se designaron la reina y rey infantil de las fiestas. Por la noche se celebró una cena para las personas mayores, a lo que siguió una actuación musical en directo, la elección de la reina y el rey senior de la romería y la participación de un dj para concluir la jornada.
La jornada del domingo fue el día grande de la Romería de Siete Pilas, y es que tras la misa que se ofició a mediodía llegó el momento de la procesión de la Virgen de la Inmaculada Concepción, que fue acompaña por numerosos vecinos durante su recorrido y por la música del grupo rociero “Son y Sal”. Posteriormente se organizó un espectáculo ecuestre y después se desarrollaron las carreras de cintas a caballo. Además, la tarde fue amenizada por un grupo musical que, a última hora del domingo, dio por finalizada la Romería de Siete Pilas hasta el próximo año.
La Romería de Siete Pilas, diseminado de Benalauría, está organizada por el Ayuntamiento de la localidad, que realiza un importante esfuerzo económico con el objetivo de que la romería disponga de una programación de calidad, hecho que queda reflejado en que este evento es el segundo festejo de Benalauría en lo que a presupuesto se refiere, tan sólo superado por la Feria y Fiestas Patronales en honor a Santo Domingo de Guzmán.
Siete Pilas es un diseminado de Benalauría que actualmente cuenta con alrededor de un centenar de habitantes y que se ubica en el Valle del Guadiaro, donde se extiende la mayor parte del término municipal del pueblo. Este diseminado surgió en el siglo XIX gracias a las personas que vivían del aprovechamiento del monte público de Benalauría. Sobre 1850 había algunos cortijos: el de Las Pilas, el cortijo Romero, el cortijo Carrasco, La Zarza, El Ventorro, María Jiménez, Los Chapuceros, La Fuente La Encina y el cortijo Majano. Las familias que en ellos habitaban, en muchos casos muy numerosas, vivían de la agricultura y la ganadería.
Alrededor de1880 se comenzaron a labrar las tierras con yuntas de vacas y arados de palo y en 1910 empezaron a rozar y labrar el Monte del Estado en partes llamadas “suertes”. Fue entonces cuando empezó un maestro a visitar los cortijos de Siete Pilas, con lo que los niños tuvieron por primera vez la oportunidad de aprender a leer y a escribir. La principal vía de comunicación era una vereda de herradura de 10 kilómetros que unía el diseminado con Benalauría hasta que, en la década de los cuarenta del pasado siglo se terminó la carretera Ronda-Algeciras (actual A-369) En 1957-58 se construyó la actual capilla que sirve también de escuela y desde entonces se celebra la romería el último fin de semana de mayo o, excepcionalmente, el primero de junio para no hacerla coincidir con otros eventos en el municipio o los alrededores. (Información histórica extraída de la Hoja Informativa “Siete Pilas también existe” nº 1: julio 2005).