Cuando los bolsillos aún se encuentran convalecientes de los gastos navideños, el pasado martes arrancaron unas rebajas de enero esperadas tanto por los comerciantes, que ven en ellas un soplo de aire que les ayude a cuadrar sus cuentas, como por los consumidores, muchos de los cuales retrasan el momento de salir a hacer sus compras para poder beneficiarse de los grandes descuentos ofertados por muchos establecimientos en esta época.
Un optimismo moderado es el sentimiento predominante en estos primeros días en los que las tiendas lucen sus reclamos en los escaparates, después de unas fechas navideñas que han resultado decepcionantes para muchos establecimientos. “Parece que la gente se va animando un poco, y de momento hay más movimiento que el año pasado”, afirmaba la propietaria de una tienda de moda de la Carrera Espinel, auténtico punto neurálgico del consumo en nuestra ciudad.
El movimiento en la Carrera Espinel disminuyó notablemente tras el primer día
Pese a ello, muchos esperaban un arranque mejor del que finalmente se pudo ver, ya que el ‘efecto rebajas’ se diluía notablemente conforme avanzaba la semana, y las colas en la caja solo se producían en contados establecimientos, y de forma muy intermitente. Nada que ver con la imagen de hace unos años, cuando los primeros días de rebajas la Carrera Espinel se convertía en un reguero de gente cargada con bolsas de diversos comercios, y entrar en alguna tienda para comprar algo o simplemente mirar los artículos se convertía en una tarea muchas veces desesperantes.
No obstante, la difícil situación económica que viven muchos hogares hace que ni siquiera con el empujón que supone el periodo de rebajas sean muchos los que están dispuestos a gastarse una gran cantidad de dinero en las tiendas, y las compras suelen reducirse a lo esencial, cuando antes del comienzo de la crisis era más habitual que se comprara de forma superflua, adquiriendo productos que luego apenas se utilizaban.
El efecto rebajas también se ha visto diluido en gran proporción por el hecho de que en algunos negocios se diera el pistoletazo de salida a los descuentos el pasado día 2, una práctica que ha sido posible por segundo año consecutivo con el fin de aprovechar el tirón del consumismo navideño. Sin embargo, todavía son mayoría los comercios que deciden respetar la fecha tradicional del 7 de enero para comenzar a lanzar sus gangas, a sabiendas de que el público ya está habituado a ‘salir de rebajas’ tras los Reyes y que, con descuentos o sin ellos, la Navidad ya es de por sí una época en la que las ventas aumentan.
En cuanto a los descuentos ofrecidos, estas rebajas no parecen ser tan agresivas como el pasado año, y aunque algunos productos pueden encontrarse hasta al 70%, las cifras más comunes son las del 20%, 30% y 50%. Eso sí, algunos comerciantes afirman que al inicio de la campaña comienzan con unas rebajas más suaves para posteriormente ir aumentando los incentivos, hasta dar salida a todo el ‘stock’.
Frente a estos cantos de sirena, desde las asociaciones de consumidores se llama a la mesura, para evitar que lo que en un principio puede servir para conseguir un ahorro importante se convierta en un gasto añadido en caso de comprar cosas que no necesitamos.
Además, también se recuerda una serie de ‘buenas prácticas’ que deben ejercer los establecimientos para no vulnerar los derechos de los clientes. Entre otras, se destaca que los artículos ofertados deben ser de una calidad igual a la de antes de las rebajas, por lo que es aconsejable prestar atención al etiquetado; que la etiqueta muestre tanto el precio rebajado como el original, que se faciliten garantías post-venta y que se acepten tarjetas de crédito si fuera del periodo de rebajas se hace. Por último, en caso de detectar alguna irregularidad, es posible presentar una reclamación en la Oficina Municipal de Información, ubicada en la Casa de la Cultura, o ante alguna asociación de consumidores.
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